
Rezagos de invierno
Solías caminar de mi mano tan segura que no había viento que nos sople.
Y me puse a mirar las nubes mas allá y solté tu amor en un descuido, y te digo
Ya no aguanto la ciudad, ya no aguanto tu dolor y hay más. Me convierto en soledad, no se si pueda vivir sin ti.
Valoré poco tu voz que decía que quería verme bien al menos una vez.
Tantas mentiras, ¿para qué? Si al final quedó este amor que no podemos mantener en pie.
Revisé todo mi ser para ver si te encontraba ahí, dormidita como antes lo hacías.
Revolví el placar y no sentí tu olor bailando ahí
entre las ropas de este crudo invierno.
Y ya no quiero salir de mi casa para ver el sol.
Duros golpes recibí de tus labios cuando no sabías que decir.