Entelequia

Chamusquina


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Crean tendencia,
sabedores de su poder de influencia.
Les falta conciencia,
sus letras banales son sin trascendencia.
Perdieron la esencia,
lo hicieron por ego y por pura apariencia,
cayeron y arrastran consigo
a sus fieles a la drogodependencia.
Cuál será tu penitencia,
si haces eso con frecuencia,
siento algo en tu presencia,
mientras niegas la evidencia.
Tratan con indiferencia
a aquel que muestra cierta inteligencia,
mi rap va a quedar como herencia,
vengo para que os fijéis en mí con inminencia.
Aparezco en caso de emergencia,
y esto es claramente una urgencia.
Vas a acudir a mí
y yo voy a sacudir el panorama como una turbulencia.
Cuántos con tamaña ocurrencia,
responden su correspondencia,
yo predico la benevolencia pero si haces caso omiso
tienes un compromiso con la violencia.
Devuelvo a su puesto al impostor,
yo no soy el rebaño sino el pastor.
A ciento veinte en un ciclomotor,
empujar el carro como un burro debe ser agotador.
No me gusta el flamenco si es un flotador,
si haces un tributo a un mito eres un imitador.
Yo sigo a mi labor, no le tires dardos a este servidor,
no vaya a ser que saque algún video comprometedor.
Cuchillo y tenedor lo tengo cubierto,
alma de perdedor con algún acierto,
desafortunado como un comentario malsonante
cuando te dejas el micro abierto.
He estado en silencio, no me den por muerto,
pienso en el devenir y me divierto,
ya es hora de que se den de bruces aquellos con pocas luces
que conducen a ciegas por mi aeropuerto.

Ey, tíos, echamos uno en la esquina,
con esos humos subidos huele a chamusquina.
Más polvo blanco que una ensaimada mallorquina,
lo que te da una falsa sensación de autoestima.

Observo las actitudes, días largos como un lunes,
al mal ya somos inmunes, cortamos de raíz.
Así que sube el volumen, las diferencias nos unen,
deja que el ritmo circule en tu sistema motriz.
La gente quiere sangre y pide beef,
se bifurca el camino si no ves más allá de tu nariz,
si hay alguna clave para ser feliz
es defender lo tuyo y mostrar con orgullo cada cicatriz.
No me escondo, ya no alimento mis miedos,
los afronto, además, les voy tirando cebos.
Me supongo que si vine es para venceros,
miro a la cara y disparo como carabineros.
No vamos a aceptar presupuestos austeros,
ni apuñalar por un puñado de euros puñeteros.
Tú haces aguas, lo mío son aguaceros,
se tragarán sus palabras con embudo esos embusteros.
Con un discurso propio de niños de párvulos,
deja de mentir y recoge tus bártulos.
Espejismos parecen tus espectáculos,
cada vez es más una carrera de obstáculos.
La mano negra tiene oscuros tentáculos,
solo te apoyan si cumples con sus cálculos,
ciegos sonámbulos, reproducciones pagadas,
digamos las cosas claras y sin preámbulos.
La suma de fracasos te lleva al éxito,
la derrota a otros derroteros.
Si en algún momento el talento se iguala al léxico
veré despuntar a mis compañeros.
Será justicia poética, con ética,
coincidir haciendo música auténtica.
Expandirla como una circunferencia concéntrica,
y si van a hablar, que tengan polémica.

Ey, tíos, echamos uno en la esquina,
con esos humos subidos huele a chamusquina.
Más polvo blanco que una ensaimada mallorquina,
lo que te da una falsa sensación de autoestima.