Entelequia

Inefable


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Entro en acción, con entonación,
en tu nación no encontrarás semejante motivación.
Te doy mi mejor versión sin pedir un pastón,
poca pretensión pero sí algo más que una consumición.
Lo hago de cora no por la condecoración,
mirando al horizonte y viajando de polizón.
Recopilando más discos para mi colección
y regresando mucho más fuertes a cada intervención.
Siento la conexión equipo-afición,
a veces la solución es la disolución.
Me adapto a lo que me parece mejor opción,
pacto de silencio si no te pido opinión.
Mis letras dan lugar a la especulación,
ni lamo culos ni formo parte del culebrón.
Te sale mal el tiro como Lakers de LeBron,
haters sueñan conmigo y mojan el edredón.
Empieza la diversión, también tengo mi versión,
cambia el ánimo o sentirás animadversión.
Cuestiónate quién eligió tu religión,
cómo fue su explicación, por qué crees en la superstición.
El tiempo corre la maratón,
y no es preciso el ojo de halcón.
Para ver que tus actos responden a un mismo patrón,
y hoy me siento despejado como un anticiclón.

Siéntelo, siéntelo, siéntelo...
Inefable, aunque trataré de explicarme.
Siéntelo, siéntelo, siéntelo...
Inefable, aunque trataré de explicarme.

No vine aquí para medirme la pija,
al presumir pierdes la cola como una lagartija.
Vendes a precio de oro la peor baratija,
mi tesoro de la suerte no está en una sortija.
Traigo la verdad hecha premisa,
para el predicador falso como el pronóstico de una pitonisa.
Mi mujer tiene carácter y es insumisa,
puedo regalarte un verso y darte mi mejor sonrisa.
Quiero una chica inteligente, no la que entra por lista,
que me escuche y no la que baile en medio de la pista.
Machista, contraten al mejor exorcista,
no se le entiende si va borracho y hace freestyle.
La vida es una mala bromista,
mi abuela murió tras quimio, ojalá fuera alquimista.
No le va sobre ruedas a esta familia ciclista
pero te hago un clip, un videolyric o una entrevista.
No puedes echarme en cara que me falte carisma,
si la música es un mar voy a ponerle mi nombre a una isla.
He sucumbido a vendavales, lo tuyo es llovizna,
me crezco ante las adversidades como
Griezmann.
Se ensimisman, venden drama y no están en la ruina,
todo el pescado por vender y tú eres la sardina.
Todos ansían el poder con lengua viperina
y lloran al pagar el alquiler de la limusina.

Siéntelo, siéntelo, siéntelo...
Inefable, aunque trataré de explicarme.
Siéntelo, siéntelo, siéntelo...
Inefable, aunque trataré de explicarme.