
Superabuelos
Superabuelos a mi lado y yo sin darme cuenta que pare la vida o que vaya más lenta. El iaio ya no corre pero lo intenta, la iaia ya no oye y a veces se lo inventa. Hoy viene la tos, hoy se va la voz sale en el hombro un dolor atroz. Se abre una farmacia en el salón, no hay que olvidar tomar la medicación. Por qué la antigüedad sale tan cara? Por qué el reloj nunca se para? Las cosas sencillas se vuelven complicadas y superabuelos siempre buena cara
Su amor es enorme, su alegría infinita. A la mierda, si la flor se marchita, es lo que siento y mi corazón grita t’estime iaio, t’estime iaita. Sin sal la comida, sin azúcar el café, sin ser la mitad de aquello que fué; si falla la memoria y no queda la fe, queda esta canción que yo os cantaré. Sumando días, sumando años; sumando, hijos, nietos, placeres, daños; sumando república y guerra civil, sumando lunas llenas casi llegan a mil. Sacando energía de las entrañas, motivados a existir cada mañana con lágrimas pero sin legañas, con menos fuerza, pero más maña. El paso del tiempo es dolor crónico, pasa para el pobre, pasa para el rico, agónico vislumbrar del fin, envejecimiento sin medicina. A la soledad canto en compañía con alegría a la melancolía un simple beso rompe el día día; la puta monotonía. Sin sal la comida, sin azúcar el café, sin ser la mitad de aquello que fue si falla la memoria y no queda la fe queda esta canción que yo os cantaré.