El cinéfilo onanista
Mi tío, Pau Artigues,
va caliente, va muy quemado,
y sin embargo no prueba las almejas (1)
desde hace una eternidad.
Su mujer ya no le excita,
ir a un burdel lo encuentra demasiado seco,
y no persigue a ninguna lolita
por los alrededores de un instituto
Pero se mete cada tarde
en un cine diferente,
y se va a la retaguardia,
y se sienta tan tranquilo.
Cuando las luces de la gran sala
se van apagando
saca una cigarra de su escondrijo
y la anima a cantar.
Con la mirada clavada en la pantalla
y la mano rodeando el nabo,
muy feliz se hace una paja
a la salud de cada actriz.
Puede notar como tiene su miembro
entre los labios Jeanne Moreau
y se le cae, se le cae la baba
sobre las teta de la Bardot.
Ava Gardner le entusiasma,
Demi Moore, Sophie Marceau...
En blanco y negro el primer orgasmo;
el resto en technicolor.
Queda un kleenex miserable
cuando acaba la sesión,
estrujado, y con la materia
de algún sueño en su interior.
(1) En catalán literalmente, “higos”.
Writer/s: Miquel Pujadó, Marcel Casellas