Levantina
Una doncella de la costa de levante
al estallar la clara luz en el horizonte
oía en sueños las palabras del amante
que la dejó triste y sola en el dolor.
¿Ay, dónde está mi amor,
que no lo tengo ante mí?
¿Qué se ha hecho del juramento
y del hechizo de sus palabras?
¡Ay, amor! ¿por qué has huido?
Confía en las palabras que yo digo,
le decía el amado encendido de amor
contigo veo el mundo más bello,
mucho más hermoso.
Te quiero, mi amada, junto a mi corazón!
Escucha, preciosa,
eres la doncella más amada.
Escucha, preciosa:
por mí jamás serás olvidada.
No olvides tú, no olvides tú,
el amor más constante,
no olvides tú, no olvides tú,
el santo y puro amor.
¡Levantina! ¡Levantina!
Te seré siempre fiel
y en mis ojos verás un cielo
que revive el gozo de la divina paz.
¡Levantina cree en mí!
La doncella enamorada
queda triste, sola, sola,
porque se ve abandonada
por el amante y se desconsuela.
¡Y vencida de añoranza,
para calmar su sufrir
prefiere, sin esperanza,
morir!
Writer/s: Ramon Ribera, Joan Serracant, Vicenç Bou