Inti-Illimani

Rin del angelito


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Versión de Violeta Parra:

Ya se va para los cielos
ese querido angelito
a rogar por sus abuelos,
por sus padres y hermanitos.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su sitio
adentro de una amapola
o dentro de un pajarito.

La tierra lo está esperando
con su corazón abierto,
por eso es que el angelito
parece que está despierto.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su centro
en el brillo de una rosa
o de un pececito nuevo.

En una cuna de tierra
lo arrullará una campana,
mientras la lluvia le limpia
su carita en la mañana.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su diana
en los misterios del mundo
que le ha abierto su ventana.

Las mariposas alegres,
de ver el bello angelito
alrededor de su cuna,
le caminan despacito.
Cuando se muere la carne,
el alma va derechito
a saludar a la Luna
y de paso al lucerito.

¿Adónde se fue su gracia?
¿Dónde fue su dulzura?
¿Por qué se cae su cuerpo
como la fruta madura?
Cuando se muere la carne,
el alma busca en la altura
la explicación de su vida
cortada con tal premura,
la explicación de su muerte
prisionera en una tumba.
Cuando se muere la carne,
el alma se queda oscura.


Isabel Parra omite la tercera estrofa y canta «o adentro de un pajarito» y «de ver al lindo angelito».

Inti-Illimani canta: «en su cunita de tierra» y «adónde fue su dulzura».

Mercedes Sosa canta «de ver al lindo angelito» y «como una fruta madura».

En el disco de Ángel Parra, Violeta Parra, paroles et musiques, las 4 Voces Chilenas cantan «en su cunita de tierra», «de ver al bello angelito» «y adónde fue su dulzura». En Violeta se fue a los cielos Ángel Parra canta «en su cunita de tierra».


Versión del Grupo Chagual:

Ya se va para los cielos
ese glorioso angelito
a rogar por sus abuelos,
por sus padres y hermanitos.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su sitio
adentro de una azucena
o dentro de un pajarito.

María lo está esperando
con los dos brazos abiertos,
por eso es que el angelito
parece que está despierto.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su centro
dentro de una mariposa
o de un pececito nuevo.

En una cuna de flores
ha de mecerlo Santa Ana,
mientras María le lava
su ropita en la mañana.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su nana
en los misterios del cielo
que le ha abierto su ventana.

Los querubines dichosos,
de ver el bello angelito
alrededor de la cuna
le bailarán despacito.
Cuando se muere la carne,
el alma va derechito
a saludar a la Luna
y de paso al lucerito.

Ya le nacieron alitas,
ya se perdió en las anchuras,
es pajarillo del aire
trinando buenaventura.
Cuando se muere la carne,
el alma busca en la altura
la explicación de su vida
cortada con tal premura,
la explicación de su muerte
latiendo bajo la tumba.
Cuando se muere la carne,
el alma se queda oscura.


Writer/s: Violeta Parra