La pampita
Tengo en la pampa un nidito
de sauces rodeado
y allí la pampita,
dichosa, a mi lado.
Cerquita un arroyo,
clarito y sereno;
catorce vaquitas
con quince terneros.
Algunas gallinas
y algunos borregos,
dos bueyes guampudos
que tiran parejos.
Dos gatos barcinos
y dos lindos perros
y tengo, compadre,
tropilla de un pelo.
Cuando en las tardes
vuelvo del campo
me esperás ansiosa
con un amargo.
Mi regalona,
¡te quiero tanto!,
ansina, chiquita,
como a tus labios.
Oliendo a cedrón,
a tomillo y a cardo,
bañando a mi overo
te tengo a mi lado.
Alegres los perros
se acercan saltando,
después, despacito,
te miro muy largo.
Los ojos tan negros,
tan lindos, tan mansos,
tan puros, tan buenos,
que Dios te ha brindado.
Y luego en la noche,
mateando y mateando,
mi canto parece
la voz de los campos...
China querida,
dame la mano...
Vos que sos mi gloria
dame los labios.
Pampita verde,
flores del campo,
vos sos mi jilguero
y en mis quereres.
Caricia y canción
de mi pobre guitarra,
mi linda pampita
se acerca y me canta.
Detiene el arroyo
su lírica marcha
y el rancho parece
vestirse de gala...
Besando sus trenzas
la noche me agarra,
la luna nos mira
muy blanca, muy blanca...
No digan a nadie
que tengo entre malvas
un nido de amores
perdido en la pampa...
¡Es la bendición de Dios
que florece sobre mi alma!
Writer/s: Alfredo Pelaia, Argentino Valle