
Para empezar a vivir
Qué firme tu esperanza,
qué serena confianza
en la historia, mujer,
cuando fuiste llamada
para un combate tan cruel
y renunciaste a tu ser
y te olvidaste de ti
para empezar a vivir,
para empezar a vivir.
Tú, que has sabido crecer, y dar
cada día tu fe, tu constancia y valor,
con el orgullo de ser capaz
de en silencio luchar y amar.
Tu historia no termina,
tu nombre se confunde
en el pueblo, mujer.
Tu verdadero rostro
y tu sonrisa más fiel,
la que no puedes mostrar
el pueblo la ha de guardar
hasta que puedas volver,
hasta que puedas volver.
Writer/s: José María Vitier