Pobre la canción que llega tarde
que aparece cuando todo pasó.
Viene atrás corriendo, como el paisaje
que dejamos cuando nos estamos yendo.
Cristal débil de hielo que se rompe
de un mal paso de tropezar.
Que pretende tomar la vida en un trago
y se ahoga al comenzar.
Mas osada es la canción que te acompaña,
de dos caminos te hace uno solo,
brota de la nada y te señala
que el lugar del alma está nuboso.
Acompaña a un corazón sediento
y a un amor que floreció,
Te habla de ocasos y de nacimientos
de abandonos y salvación.
Mucho más valientes son las canciones
que tocan los fuegos y los dolores.
Falsas bendiciones, falsas cadenas,
falsas curaciones y falsas guerras.
Falsos ojos, falsas religiones,
falsos modos, falso escritor,
falsos cuentos y falsas las palabras,
falsos todos y falso yo.
Están las que te encantan y las que desencantan,
las que sin palabras lo dicen todo,
las siempre presentes, y las inadvertidas,
Las que son como armas y están prohibidas.
Las que viajan y las que no despegan,
Las de ayer y las de hoy,
centenarias, himnos de una patria
para niño y dictador.
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