Letras de canciones
Vota: +0


Idiomas
   

Traducción automática
     
NOTA IMPORTANTE El uso de traducciones automáticas suele dar resultados inesperados.
 
Comentarios

La traducción de esta canción ha sido realizada a partir de la adaptación al catalán de Miquel Pujadó, no del original en francés.

Aparece en la discografía de

El gran roble


Versión de Georges Brassens
Versión de Miquel Pujadó
Era un roble orgulloso, despierto y tranquilo
Como él, no hallaréis ni uno entre mil.
Vivía bosque adentro, lejos de los caminos,
del leñador y del hacha.

Podría haber gozado de unos días cristalinos,
felices y serenos, pero tenía unos vecinos...
Unos juncos que no dejaban de hablar
y lo molestaban continuamente.

Des del alba hasta la noche, con voz alegre,
burlones se mofaban del gigante triste,
cantando a su alrededor la fábula sobre el matiz
existente entre un roble y un junco.

Y, aunque sea de madera, un roble puede hartarse,
su paciencia tiene un límite.
Y una mañana decidió deshacer aquel enredo
y convertirse en un exiliado.

Con dificultades, arrancó sus raíces del suelo
y se fue sin girarse ni llorar.
Pero yo lo conocí, y sé cómo sufrió
el pobre, al emprender la marcha.

En el lindero del bosque, por caminos más frecuentados,
el roble se encontró a dos enamorados
y permitió que grabaran sus nombres sobre él,
rodeados por un corazón rotundo.

Cuando hubieron vaciado su saco de besos,
y de tanto frotarlos tenían ya los labios cocidos,
entonces escucharon, con aire sentimental,
las penas del vegetal.

“Gran roble, ven a nuestra casa. Allí serás feliz.
Por lo que al vecindario respecta, no hay ni un solo junco.
Verás como con nosotros vivirás apaciblemente,
cuidado, mimado y bien alimentado.”

Dicho esto, los tres emprendieron juntos el camino.
El día era muy claro, el viento era muy suave,
y el roble olvidó sus antiguos dolores de cabeza
yendo de la raíz con sus amigos.

Lo plantaron al pie de su cabaña.
Entonces, el árbol comenzó a desencantarse
porque sólo lo regaban San Pedro y algún perro.
Su alegría ya había desaparecido.

La pareja alimentó a su cerdo con las bellotas
y con la gruesa corteza fabricó tapones para las botellas de vino.
Y cuando condenaban a alguien en la comarca,
al roble le tocaba aguantar al ahorcado.

Un día, el muy bestia, el vándalo del marido
lo abatió con el hacha e hizo de él una cama.
Y, como la patrona se lo hacía con todo quisque,
envejeció prematuramente.

Y un invierno, aquellos corazones duros como piedras
lo utilizaron para alimentar el fuego.
Como madera vil y de baja calidad, qué amargo destino,
se convirtió en humo.

El cura del pueblo, que es un mocoso,
dice que su humo no puede llegar hasta Dios,
Pero yo nunca he oído que nadie prohibiera
que un roble entrara en el Paraíso,
que un roble entrara en el Paraíso.

(1966)







 
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

 

LO + EN CANCIONEROS.COM
PUBLICIDAD

 

HOY DESTACAMOS
Gira latinoamericana

el 25/07/2025

El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.

HOY EN PORTADA
Suite Festival Barcelona 2025

por Xavier Pintanel el 21/07/2025

La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.

 



© 2025 CANCIONEROS.COM