Futuros niños, futuras niñas,
acercaos y mirad:
sorteamos alegrías y penas,
besos y puntapiés.
Sorteamos colores y razas,
lenguas y religiones,
caricias y amenazas,
lechos de plumas y de cartones.
Vuestra incierta existencia
la decidirá el azar.
¡La Hecatómbola ya está abierta
y todos deben jugar!
- A ti te ha tocado Nigeria:
moscas, hambre, el vientre hinchado.
Algunos meses de miseria
y bien pronto muerto y enterrado.
- Tú vas a Bangkok, pequeña.
Serás puta a los catorce años,
con un hijo, y sin ayuda
de nadie, propios o extraños.
- Tú irás a Rumanía
y serás carne de orfelinato.
Llorarás de noche y día
solo y atado a tu cuna.
- Tú vivirás en Brasil, meu menino. Que tengas suerte
y no te encuentres demasiado pronto
con un escuadrón de la muerte.
- Tú ya nacerás con la Sida,
como quien trae un pan debajo del brazo.
Acaba de empezar la partida
y ya te han quitado hasta el último as.
- Tú, muchacho, es una pena,
malvivirás como camello
hasta que un poli, por la espalda,
te vuele el cerebro.
- Tú, de aquí a veinte años justos,
entrarás en la cámara de gas.
Si tuvieras la piel clara
no te meterían en ella.
- Donde tú vas no te quieren demasiado.
Mañana, en un contenedor,
el basurero encontrará
el cadáver de un recién nacido.
El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero, autor de A cántaros, murió a los 78 años en Madrid tras una larga enfermedad; su obra unió canción, poesía y compromiso político durante más de medio siglo.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.