Los augurios de San Juan
Las campanas repicando
nos dicen que amaneció
y amaneció repicando
los augurios de San Juan.
A Rosa le trajo un novio
y a María un San José
y a mí me entregó la estampa
de un encantado corcel.
Y así ya me está llevando
con paso fino, andador,
a recoger de la Pampa
amancaes para mi amor.
La Pampa es nuestra desde temprano
en todo nuestro corcel,
es todo nuestro este llanto
con sus flores de oropel.
Allá está la Cruz del Valle
y al entrar, los Coronguinos,
más allá, un tope helado,
arriba, Pampa de Olivo.
Dicen que hay unas cadenas
que sujetan un volcán.
Vamos corcel, no relinches,
no te vayas a asustar.
Apoya tu cabecita, con la mía,
aquí en la ropa
y que verás que el volcán
es agua de manantial,
es agua que corre loca.
Desdeñosa piedra lisa
y échate un quiebro corcel
y a la Pampa una sonrisa.
Augurios del Santo Juan,
hay que correr más el tiempo
entre la niebla y el viento
se abanicaba una duna.
Que ya se viene la gente
y se llena la llanura,
más no viene cabalgando
como se viene a amancaes.
Vamos a mirar de lejos
lo que quedó de la fiesta,
tonderos y marineras,
palma, cajón y guitarra.
Vuelve grupa mi corcel
que llevo llenos los trazos
de mil flores de oropel
y una pequeña amargura.
(Al despedir la llanura)