Los perdidos de la madrugada
Se despiertan a la hora del pastor
para levantarse a la hora del té
y salir a la hora de ya nada
los perdidos de la madrugada.
Ellas, ellas tienen la arrogancia
de las chicas que tienen pecho.
Ellos tienen esa seguridad
de los hombres en los que se adivina
que el papá tuvo suerte
los perdidos de la madrugada.
Venid a bailar,
amigo, amigo, amigo, amigo...
Venid a bailar
Y bailan los ojos en los senos.
Ellos blanquean sus noches
en el lavadero de las melancolías
que lava sin mancha las manos
los perdidos de la madrugada.
Ellos cuentan a medianoche
los poemas que no han leído,
las novelas que no han escrito,
los amores que no han vivido,
las verdades que no sirven para nada
los perdidos de la madrugada.
El amor les destroza el hígado
era, era, era tan bueno,
era, no comprenderíais...
los perdidos de la madrugada.
Toman el último whisky,
toman la última buena palabra,
vuelven a tomar el último whisky,
toman el último tango,
toman la última pena
los perdidos de la madrugada.
Venid a llorar,
amigo, amigo, amigo, amigo...
Venid a llorar
y lloran los ojos en los senos
Los perdidos de la madrugada