En una reja encendía, llena de flores
herida por una rosa en el corazón
una mujer consumía las ilusiones
cantando bajo la noche coplas de amor.
De amores, guerras perdías, claveles rotos.
De amores arde en la llama de una pasión.
De amores resplandecían sus ojos moros
como los tesoros del rey Salomón.
Cuando la luna se esconde
y el aire huele a jazmín,
entre los brazos de un hombre
la encuentra la noche
diciéndole así:
Ay, cántame un pasodoble,
un pasodoble torero
con voz de hombre.
Ay, que en tus ojos me muero
al compás de un pasodoble
entre tus brazos me echo a vivir.
Con arte y garbo torero
aunque a nadie ya le importe
cántame un pasodoble,
un pasodoble torero
lleno de sol y jazmín.
La luna va por los cielos de centinela,
que a una mujer le han partío su corazón
una noche clara y fría llena de estrellas
en una reja de flores se enamoró.
La culpa de esa agonía la tiene un hombre
que en un beso prisionera se la llevó
y en una cárcel de sueños y resplandores
caricias y flores allí la dejó.
Cuando el amor encendía
las luces del corazón,
las niñas de Andalucía
así me decían
con esta canción:
Ay, cántame un pasodoble,
un pasodoble torero
con voz de hombre.
Ay, que en tus ojos me muero
al compás de un pasodoble
entre tus brazos me echo a vivir.
Con arte y garbo torero
aunque a nadie ya le importe,
cántame un pasodoble,
un pasodoble torero
lleno de sol y jazmín.
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