Los hombres de Teddy

Por Olga Pereda para El Periódico

De izquierda a derecha, el cantante Víctor Manuel, el compositor Sabino Méndez y el cineasta Manuel Gómez Pereira, el pasado martes en Madrid. © Agustín Catalán

¿Qué va a pasar el 30 de junio? Víctor Manuel tarda medio segundo en contestar: «Que vamos a ganar». El cantante lo tiene claro. También el cineasta Manuel Gómez Pereira (El amor perjudica seriamente la salud) y el compositor Sabino Méndez (exmano derecha de Loquillo en la época de Los Trogloditas y con quien protagonizó una de las peleas más sonadas de los años 80). Los tres -que forman parte de una candidatura unitaria- aspiran a estar presentes en la junta directiva de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), cuyas elecciones se celebran el día 30.

Si, efectivamente, ganan los comicios, su primer objetivo será ratificar como máximo responsable de la entidad a Teddy Bautista. «Nadie es capaz de llevar la SGAE como él», afirman los tres, guardia pretoriana del presidente ejecutivo de la sociedad, que lleva al mando de la nave 30 años. ¿Demasiados? «Sí para la política, pero no para defender a los autores», responde Gómez Pereira. «Que alguien nos traiga uno mejor que él y entonces, veremos», añade Méndez. «Llevo 22 años a su lado. Cuando empezamos la recaudación de la SGAE era de 18 millones. Ahora es de 400», concluye Víctor Manuel.

Las elecciones se presentan calentitas. El compositor musical José Miguel Fernández-Sastrón anunció hace meses que pelearía por estar presente en la junta con una candidatura alternativa. Su objetivo es del plantar cara a Bautista, con quien mantiene monumentales desencuentros. Uno de los motivos es la red de teatros Arteria, que, en su opinión, supone una inversión descomunal, está mal gestionada y parece más una cadena de centros comerciales que de espacios culturales.

No con el dinero de los socios

Los tres hombres de Bautista salen en su defensa y responden a las críticas. «Arteria es un proyecto que empezó hace 10 años con el respaldo de la junta directiva. Lo que se ha invertido en la compra de los teatros no forma parte del dinero que se reparte a los socios. La normativa de la SGAE prevé que un 20% de lo recaudado no vaya a los artistas sino a proyectos para promoción, ayuda a giras en el extranjero… Y es de ahí de donde se ha sacado el dinero para Arteria», zanja Víctor Manuel, tras dejar claro que las cuentas son transparentes y están saneadas. «¿Qué se parecen a centros comerciales? Bueno, los teatros no son solo el espectáculo, también hay restauración. Si alguna función tiene que tener Arteria es que tiene que ser rentable y dar beneficio, ¿no?», añade.

Además de por la «buena gestión» y la «transparencia», Víctor Manuel, Sabino Méndez y Manuel Gómez Pereira alaban a Teddy Bautista por «hacer de escudo» de los artistas y acumular todas las feroces críticas que gran parte de la gente de la calle lanza contra la entidad de gestión. «La SGAE recauda. Y por ese simple hecho, el público está en su contra», reconoce Gómez Pereira. «Además, suele salir de forma muy chusca en los medios, que si las peluquerías, las bodas… La SGAE no cobra ningún derecho que no se cobre en ningún otro país de Europa. Es cierto que la gente que tiene un negocio y usa un repertorio tiene que pagar. Entonces sí te afecta. Pero al resto de la gente no le afecta en absoluto. Eso sí, cualquier indocumentado nos ataca con lo más peregrino», despotrica Víctor Manuel. En su opinión, la mala imagen de la SGAE es «artificial». «¿Por qué alguien tiene que discutir tu derecho a vivir de tu trabajo?», se queja con amargura.

«Ley Sinde»

Respecto a la ley Sinde (que permitirá bloquear contenidos en Internet que están protegidos por derechos de autor), los hombres de Bautista la califican de corta y timorata, aunque confían que sea un primer paso. Los tres defienden a muerte la propiedad intelectual (los derechos de autor siguen vigentes durante 70 años tras la muerte del autor). Pero piden más: «Si alguien discute la propiedad intelectual, yo le discuto la propiedad privada. Mi casa la heredarán mis hijos, mis nietos, mis tataranietos... y ahí nadie dice nada. ¿Y no puede pasar lo mismo con la propiedad intelectual?» Acto seguido, Víctor Manuel afirma que la cultura se morirá si nadie paga por ella. «Muchos chavales que están empezando en el mundo de la música están llegando a la conclusión de que este no es un oficio. Es un afición de fin de semana, pero la vida se la tienen que ganar con otros trabajos», subraya.

Lo que sí tienen claro los tres es que, a largo plazo, la cultura la terminarán pagando las empresas de telecomunicaciones. Pero ese futuro está todavía lejos.