Viaje al Planeta Guerra

Gira de presentación de El mono espabilado
Teatro Coliseum de Barcelona. 12 de noviembre de 2011

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(Pedro Guerra) [2011]

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Pedro Guerra (voz y guitarra), Marcelo Gueblon (batería), Pepo Gómez (contrabajo), Luis Fernández (teclados).

Repertorio: Biografía, Gente tóxica, Babel, Caperucita roja, El mono espabilado/Sirinoque, Lazos, Niña, El baúl de Billy Bones, La que camina, Primera morna, Bebes del río, Mi locura, La maestra, Madurar el amor, Caravaggio, Debajo del puente, Moreno.

Bises: Daniela, Deseo, Nunca más estar triste, Contamíname, El marido de la peluquera, Aquella vieja canción, La lluvia nunca vuelve hacia arriba, Donde pongo la vida pongo el fuego.   

Pedro Guerra presentó su nuevo disco El mono espabilado anoche en el Teatro Coliseum de Barcelona, después de haberlo estrenado el 25 de octubre en Madrid, lo llevará posteriormente al Teatro Lope de Vega de Sevilla el 16 de enero de 2012.

Para el público fiel a la trayectoria de Pedro Guerra, asistir a un concierto del cantautor canario es como prepararse para recibir el cálido abrazo de un viejo amigo, y así ocurre naturalmente, el mismo abrazo con la intensidad de siempre. El seguidor fiel que lo revisita una vez más en directo sabe que la ofrenda musical será de su agrado, acude con ese convencimiento de que saldrá satisfecho de la vivencia, y finalmente así resulta ser, no es matemática pero es lo que se espera de la experiencia previamente vivida a lo largo.

En esta nueva presentación de las canciones de El mono espabilado, tuvieron gran relevancia canciones que para los que han seguido su trayectoria eran bien reconocibles, Guerra hizo un pequeño repaso de algunos de sus éxitos que fueron certeramente acompañando a las novedades, mostró una buena antología personal para la ocasión, y como público siempre se agradece su revisión y su disfrute.

Este formato hizo más agradecida la bienvenida a los nuevos temas salpicando de buenos recuerdos los oídos y las emociones del público con algunos de sus clásicos, esa es la recompensa que conlleva tener un recorrido a lo largo de crecimiento paralelo, tanto vital como artístico entre público y artista, hecho que propicia ese acercamiento personal y cierta identificación entre ambos, surge una conexión especial, cierta química que llega inevitablemente tras tantas emociones compartidas. El concierto que se inició con su particular Biografía, resultó ser al final una celebración colectiva de ese personal Planeta Guerra que conforma el conjunto de su obra, más allá incluso que la mayor o menor relevancia de sus canciones más recientes.

Pero Pedro Guerra vino a presentar El mono espabilado, motivación principal del concierto, de las trece nuevas piezas que venía a presentar cuatro se quedaron fuera (Asteroide Tarkovski, Teodora, Monarca y El rey de la selva), cantó nueve de trece, no presentó su totalidad. Ocho grandes ilustraciones obra de Pedro Guerra simbolizando algunas de las nuevas canciones daban color al fondo del escenario. La banda de la gira, un trío siempre atento, efectivo y muy acorde al sonido Guerra:  Marcelo Gueblon (batería), Pepo Gómez (contrabajo), Luis Fernández (teclados). Entre el público se encontraba Marina Rossell quien en los  próximos días estrenará su nuevo disco "Marina Rossell canta Moustaki".

Con sus habituales y ocurrentes monólogos entre algunas de las canciones el cantautor imprimió su sello personal al concierto e hizo más amena la velada, provocando algunas sonrisas, además de los nuevos hallazgos, cantó temas de sus anteriores discos, apetecible cesta de frutos propios: Golosinas (Biografía, Deseo, Contamíname, El marido de la peluquera), Tan cerca de mí (Lazos, Moreno, Debajo del puente), Raíz (Sirinoque en fusión final con El mono espabilado, Primera morna, Bebes del río, Daniela, La lluvia nunca llueve hacia arriba), Ofrenda (Babel), Hijas de Eva (Niña), Vidas (Madurar el amor, Caravaggio).

En sus canciones Pedro Guerra siempre tiene un hueco para recuperar pasados, honrar memorias y recordar detalles de otras existencias, también en su último disco tenemos algunos ejemplos en los que da protagonismo a historias ajenas y pretéritas, pero ya habíamos hablado del disco en detalle en el reciente artículo Pedro Guerra y el ángel de las cosas sencillas, previo al concierto en el Coliseum.

Al final recordó al poeta Ángel González en su colaboración La palabra en el aire con el tema Donde pongo la vida pongo el fuego con el que cerró el concierto, comentó que el tema estará incluido en el futuro trabajo conjunto con Miguel Poveda, sonetos de diferentes autores seleccionados por el escritor Luis García Montero sobre composiciones musicales de Pedro Guerra para la voz de Miguel Poveda que podría grabarse tras la edición del disco flamenco a editar en febrero de 2012 y que está acabando de grabar el cantaor barcelonés.  

Pedro Guerra se implica contra el olvido del que nos habla en Aquella vieja canción, con la recuperación en vivo de sus clásicos y otros que no lo son tanto, compartiendo esas viejas canciones una vez más con su público, Pedro Guerra se reafirma como artista convencido de su recorrido en este ejercicio, un combate directo contra el paso del tiempo sobre su obra. Posiblemente al final llegará cualquier asteroide no identificado o una ola gigante y acabará con todo, pero por intentar luchar contra el olvido no quedará.

En definitiva, esta presentación de El mono espabilado aderezada por viejos temas resultó un inmenso abrazo musical entre Pedro Guerra y su público. Fue un concierto generoso con un total de veintiséis canciones, dieciocho más ocho añadidas en los bises, la buena acogida del público barcelonés que coreó sus éxitos más conocidos se puede apreciar por el número de temas extra finales ofrecidos, un generoso recorrido compartido, al canario se le vio con muchas ganas de cantar y de gustar en Barcelona.      

Vayan estas líneas como apoyo a  la trayectoria de este trovador, para que siga sumando canciones a su ya larga trayectoria, para que siga iluminando un poco este día a día desde su personal visión, desde su Planeta Guerra, indispensable universo creativo.