La fuerza de los poetas en el cancionero popular argentino

Télam/Jorge Boccanera - Este octavo volumen de Los poetas que cantan, incluye entre otros artistas a Leda Valladares, Rodolfo "Chacho" Muller, Edgar Di Fulvio, José Oyola, Raúl Galán, Juan Ricardo Nervi, "Chacho" Arancibia Laborda y Felipe Rojas.

Tanto la antología de textos de Los poetas que cantan como el ciclo de lecturas "Encuentro de poetas con la gente", son coordinados desde 2007 por Rodolfo Herrero y Miguel Ángel Vera.

Éste último, cuenta que el protagonismo de los poetas en el festival data de 1972, fecha de inicio del ciclo de lecturas en el que participaron Jaime Dávalos, Manuel J. Castilla, Ariel Petrocelli, Armando Tejada Gómez, Ariel Ferraro, José Augusto Moreno, Hamlet Lima Quintana, César Perdiguero y León Benarós.

Si bien estos escritores desarrollaron básicamente su actividad en reuniones paralelas llevadas a cabo en las instalaciones del actual centro de Congresos y Convenciones, señala Vera como muy importante "la presencia física en el escenario mayor del Festival de Cosquín de algunos de ellos como Jaime Dávalos y César Perdiguero".

Historiando a los poetas en el marco del Festival de Cosquín, Vera se remonta a las décadas de los 60 y 70, cuando la intervención de voces de la talla de Ramón Ayala, Atahualpa Yupanqui, Pablo Trullenque y Marcelo Berbel, consolidaron un lugar que ensancharían "poetas-intérpretes contemporáneos" como Suma Paz, Pancho Cabral, Víctor Heredia, Teresa Parodi y Omar Moreno Palacios.

La primera antología de Los poetas que cantan se publicó en 1972, pero la serie —tanto como el ciclo de recitales— serían interrumpidos por el golpe militar de 1976. Espacios que recién van a ser recuperados en 2000 por los antólogos Carlos Póllice, Alfredo Martino y Daniel Conocciuto.

Agrega Vera que en los primeros años del Festival de Folklore de Cosquín era usual la participación de poetas, pero que luego "hubo un vaciamiento"; de ahí la tentativa de ganar de nuevo ese espacio: "En ese sentido, en la última edición del festival el santiagueño Alfonso Nassif y el ecuatoriano Antonio Preciado subieron al escenario mayor".

Historiando los antecedentes del vínculo entre poesía y canción, Vera se detiene en un dato: "El cambio experimentado por la poesía popular costumbrista y regional hacia una nueva propuesta en lo formal y en el contenido"; y destaca la labor del movimiento del Nuevo Cancionero "motorizado por Tejada Gómez, Tito Francia, Óscar Matus y la voz de Mercedes Sosa, que el publico hizo suyo de inmediato".

Ahora parafrasea a Félix Luna para sintetizar el hacer de "poetas que fueron, a la vez, letristas": "Casi todos pertenecen a nuestro interior profundo. No se limitaron a la consabida temática de la nostalgia o el pintoresquismo. Transmitieron con sus voces el sentir profundo de la tierra y sus propias vivencias".

En el caso de las antologías de Los poetas que cantan —un verdadero registro del género— la nómina de participantes ha sido extensa: "Desde los históricos Buenaventura Luna, Esteban Agüero e Hilario Cuadros, hasta otros más cercanos en el tiempo como los hermanos Di Fulvio, Raúl Carnota y Jorge Fandermole".

Pero además, esta participación en los escenarios de Cosquín ha convocado a músicos-poetas latinoamericanos como el peruano Nicomedes Santa Cruz, el uruguayo Alfredo Zitarrosa, el nicaragüense Ernesto Cardenal y el ecuatoriano Antonio Preciado, entre otros.

Un tomo anterior de Los poetas que cantan (el sexto), incluyó una selección de poetas destacados de Bolivia, México, Colombia, Perú, Uruguay, Cuba, Nicaragua, Chile, Brasil y Argentina.

Este octavo volumen de Los poetas que cantan —en una cuidada edición ilustrada y de gran formato— rinde homenaje a los residentes coscoinos víctimas de la dictadura militar, la mayoría de ellos desaparecidos. Se trata de Bruno Castagna, Bibiana Real, Elber Oria, Armando Aostri, Guillermo Burns, Víctor Boichenko, Amelia Insaurralde y Jacobo Lernes

La ilustración que abre el libro, "Prisión", pertenece a Luis Alberto Nieto, artista plástico encarcelado durante la dictadura y fallecido a pocos años de recuperar la libertad debido a los malos tratos recibidos en cautiverio, según se narra en un texto introductorio.

Las páginas interiores de la antología están a cargo del joven pintor Pablo Risso, quien desarrolla un estilo propio entre la cosmovisión americanista y el trazo del grafitti urbano. Risso es el autor del mural "El encuentro de la luz creativa" que corona el escenario Tejada Gómez donde se lleva a cabo el "Encuentro de poetas con la gente".

Vera explicita el objetivo del ciclo: "Ofrecer el escenario a aquellos poetas que aporten a la defensa, desarrollo y enriquecimiento estético y cultural de la poesía de raíz popular, como antídoto válido contra una cultura única y globalizada que tiende a disolver cualquier singularidad verdadera".

Al tiempo que se apoya en una frase del autor Ariel Petrocelli para refrendar la valía de estas antologías tituladas a modo de consigna Los poetas que cantan: "No hay nada como la memoria escrita".