Víctor Jara es sobradamente conocido y reconocido por su faceta como trovador, pero antes que cantor, fue un hombre de teatro. Hoy les presentamos algunas fotografías de esta faceta que, por poco conocida, no es menos interesante.
Víctor Jara en el papel de Bubnow en «Los bajos fondos» (1958) de Máximo Gorki.
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"Mucha gente me conoce como cantante, pero no saben que dirijo teatro. La verdad es que en 1958 me inicié como folklorista en el conjunto Cuncumén, y estando ahí, ingresé a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Mi actividad se inició en forma paralela, respondiendo a necesidades que uno quiere realizar". Con estas palabras describía Víctor Jara su doble faceta creativa: como trovador y como hombre de teatro.
Víctor Jara ingresó a la Compañía de Mimos de Noisvander el año 1954, donde su sentido del movimiento y su expresividad condicionaron su ingreso y donde actuó como protagonista en Los Vecinos y La feria sentimental. Su estada en el grupo sólo duró un año y medio, después entró en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, entre 1956 y 1959. Este año dirigió su primera obra, Parecido a la felicidad, de su amigo Alejandro Sieveking, experiencia que lo motivó a estudiar dirección teatral en la misma universidad, entre 1960 y 1961.
Se incorporó como miembro permanente en el equipo de directores del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, ITUCH, y trabajó como profesor invitado, en 1969, en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica.
Entre las numerosas obras que dirigió, podemos contar: Los invasores, de Egon Wolf (1963); Animas de día claro, de Alejandro Sieveking (1964); La remolienda, del mismo autor (1965); La casa vieja, de Abelardo Esterino (1966); Entreteniendo a Mr. Sloane, de Joe Orton (1968); y la vanguardista Viet Rock, de Megan Terry (1969).
Entre los muchos reconocimientos que recibió, se pueden destacar el Laurel de Oro, como mejor director del año (1965), y el Premio Anual de la Crítica del Círculo de Periodistas (1965 y 1968).
Sus estudios y aptitudes teatrales determinaron en gran medida no solo su propuesta musical en un escenario sino también la de grupos como Quilapayún o Inti-Illimani, en definitiva, de buena parte de la Nueva Canción Chilena.
Víctor Jara junto a Mario Sales en «El sombrero de paja de Italia» (1956) de Eugenio Labiche.
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El elenco de «El sombrero de paja de Italia» (1956) de Eugenio Labiche. Víctor Jara al fondo.
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El elenco de «El sombrero de paja de Italia» (1956) de Eugenio Labiche. Víctor Jara es el segundo por la derecha.
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Víctor Jara en «El amor de los cuatro coroneles» de Peter Ustinov.
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Estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile en 1956. Víctor arriba a la izquierda.
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Víctor Jara en «El gesticulador» (1957).
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Víctor Jara en «Las de Caín» (1957).
© René Combeau Trillat
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Prueba de maquillaje para «La verdad sospechosa» (1958) de Juan Ruiz de Alarcón. De izquierda a derecha: Víctor Jara, Jaime Silva, no identificado y Tomás Vidiella.
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Víctor Jara en «La fierecilla domada» (1958) de William Shakespeare.
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«El gesticulador» (1957).
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Víctor Jara a la derecha en «Parecido a la felicidad» (1959) de Alejandro Sieveking. Los dos comparten escenario con Bélgica Castro, Lucho Barahona y Miriam Benovich.
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Víctor Jara con «sus actrices»: Kerry Keller, Carmen Bunster, Bélgica Castro, Marés González y María Cánepa.
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Integrantes de «Nuevo Teatro». Víctor Jara en el centro.
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Alejandro Sieveking con María Angélica Figueroa y Víctor Jara con Gaby Legrand.
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Bélgica Castro y Víctor Jara.
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El jueves 14 de marzo Mayte Martín presentó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo espectáculo: Tatuajes. Se trata de una colección de joyas de grandes autores universales llevados magistralmente al territorio particular de la artista. Con este concierto y con el disco que lleva el mismo nombre, rinde homenaje a la canción de autor más global, a la que traspasa fronteras y conforma una parte primordial de la memoria sentimental de diferentes generaciones.
Desde los veintiún años la argentina Carmen Aciar es una barcelonesa más, llegó para descubrirse en su arte por las calles de Barcelona, sumando sus propias historias desde que llegó en ese agosto de 2022 para habitar esta ciudad en sus incertidumbres, sus composiciones ya conforman su primer disco Historias mías.
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