AzzanGo es una banda de músicos que se formó hace ya cinco años; al principio, haciendo versiones de Ástor Piazolla y de Richard Galliano. De ahí el nombre del grupo, de inspiración tanguera y jazzística.
AzzanGo presentaron «Mediterranée» en el Teatre Principal de Arenys de Mar (Barcelona).
© Federico Francesch
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Después de un tiempo, y tras el cambio del pianista por un guitarrista, decidieron hacer sus propios temas, y es el resultado de esa evolución lo que presentaban la noche del 13 de febrero de 2015 en el Teatre Principal de Arenys de Mar (Barcelona), dentro de una extensa gira por nuestro país, promocionando su primer disco, Mediterranée. Así, en francés, porque ellos residen en Chambery, el Chambery del este de Francia, y si bien Josep Manresa, el bajo del grupo es catalán, concretamente del mismo Arenys de Mar donde les vimos actuar; el resto del grupo, Dimitri Saussard, el acordeonista; Román Baret, el guitarrista; y el percusionista, Sebastien Necca, son los tres franceses.
Un grupo instrumental que destaca por su elegancia, por su sensibilidad, y no solo suenan de esa forma en el escenario, sino también en el estudio, como se puede comprobar en su disco. Un disco, por cierto, que forma parte del nuevo catálogo de Nuevos Medios, la discográfica que, después de la triste desaparición de Mario Pacheco, su creador, ha retomado, con impulso renovado, su hija María Pacheco y que, junto al disco de AzzanGo, ha presentado recientemente el de Marta Casas, jotera jazzística; y el de Maui, ex Sirenidos, en esta nueva andadura.
Comenzaron su concierto con el tema Différente égalité, con una introducción de bajo que va dando paso a los diferentes instrumentos, mientras va avanzando hacia una parte más rítmica, acabando en una especie de bossa nova en 6/4. Después fue, Un Tango Place Clémenceau, un tema inspirado en el tango argentino que mezcla la energía y la delicadeza de esa música, como ellos nos comentaban, y donde nosotros notamos tanto la influencia del tango más clásico, como la más innovadora de Ástor Piazzolla.
Después de una composición nueva, llegó, Plénitude, compuesta por el batería del grupo, Sebastien Necca. Una canción inspirada en los ritmos africanos, que combina momentos donde el ritmo sincopado es el protagonista, con otros más suaves y melódicos.
Llegaron Musée des automates, una preciosa melodía que ha creado el guitarrista Román Baret, con un ritmo reposado y que se inspira, claramente, en las influencias de la música latina; y Pleure si tu en as envie [llora si lo necesitas], nuevamente un tema de Josep Manresa, con una línea melódica excelente. Una balada a dúo entre la guitarra y el acordeón, aunque en el disco lo interpretan con una acordina, mezcla de armónica y acordeón.
Después, nuevamente, de otro tema inédito, interpretaron Les caprices d'Apophis, de Dimitri Saussard anclada en una línea de bajo repetitiva, que va cambiando de ritmo constantemente moviéndose entre los temas latinos más sincopados y una percusión con más influencias tribales; llegando Au delà de 4000, otra balada, que empieza con un dialogo entre el bajo y el acordeón, para pasar a una conversación de guitarra y bajo.
Entonces, Sebastien Necca se adelantó en el escenario con el cajón, que fue, de alguna forma, protagonista de, ¡Vamos!, otra canción de Josep Manresa que tiene mucho de bolero, aunque de ritmo acelerado, donde pudimos escuchar un magnífico solo de cajón a un endiablado ritmo de 7/4. Para acabar con el tema Sur-Prise, que siendo aquí el último que interpretaron es, curiosamente, el primero del disco. Una canción de claras influencias flamencas, tanto por las armonías como por el fraseo rítmico.
Acababa aquí una actuación llena de saber musical y, como decíamos al principio, sensibilidad y elegancia, en la que echamos a faltar el último corte del disco, Soul Creóle, una canción ligera inspirada en las músicas caribeñas.
Estuvimos después hablando con Josep Manresa, que nos comentaba que las canciones del grupo a veces salen de una simple línea de bajo, o de un ritmo o una melodía. Que luego es con todo el grupo que las trabajan, sin un esquema fijo, pues las metodologías varías entre unas y otras, pero todo, eso sí, a base de trabajo, porque, como él mismo nos decía, la frase de Pablo Picasso: "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando", es una de las máximas de este grupo que ha buscado su inspiración en ritmos latinos, cubanos, de tango, africanos, mediterráneos, incluso con toques flamencos, y que ha llamado a su disco Mediterranée, precisamente por esa mezcla cultural, ese intercambio de culturas que ese mar ha propiciado desde siempre, como, nos decía Josep Manresa: "Un puente de agua que hace que las culturas vayan de un lugar a otro, y se mezclen y creen cosas nuevas…".
Un puente que ellos están atravesando con su disco, y con sus actuaciones, de forma absolutamente brillante.
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