Raimon: «La transición real aún no se ha hecho, está muy lejos»

Por Francesca Marí para dBalears

Un viaje moto te bastó para escribir una canción como Al vent. Unos inicios muy extraños... o ¿tiene algo de mito?

Es cierto que compuse la letra mientras iba sobre una moto, pero estos no fueron mis inicios. Era el año 1959, iba a la universidad e hice esta canción sin más pretensión. Era miembro de una banda, había escrito algunos versos y también estudiaba (con becas). Como buen valenciano, siempre tocaba un pito o una flauta. Ahora bien, no fue hasta el año 62 cuando canté por primera vez en Barcelona. En aquel momento sólo tenía tres canciones hechas e hice una cuarta para poder llenar un single. Mis inicios deberían contar, en teoría, a partir de esta fecha.

¿Y cómo llega un joven de Xàtiva hasta Barcelona para grabar un disco?

Joan Fuster y Eliseu Climent me ayudaron. Fui a Barcelona a cantar y, a partir de ese disco, mi vida cambió. Cabe decir que, si no hubiera terminado la carrera, tal vez habría tenido un destino distinto.

Desde un primer momento Al vent se convirtió en un canto a la libertad y hoy todavía lo es. ¿Era la consecuencia de ser un hijo de "rojos"?

Las canciones vienen solas, aunque eres consciente de lo que haces. Yo sabía lo que hacía, el viento como metáfora de adversidad y buscando un tipo de orden diferente al que había. Era una mezcla de lecturas existenciales... Además, la canción me sale en valenciano porque yo hablo en valenciano. En realidad, si yo hubiera querido ser cantante, no habría hecho una canción en valenciano. Por otro lado, venir de una familia 'roja' marca de dos maneras: por un lado, sientes que formas parte de la gente vencida y, por otro, tienes el orgullo de estar con los buenos.

¿En realidad, era más fácil cantar contra Franco?

Cantar siempre es difícil y cantar bien, aún más. Nunca me he planteado las canciones contra nada, sino por una libertad, por una democracia, por un bienestar de la gente. Que luego, a la dictadura, esto le molestara ya lo sabíamos. Era la dictadura la que estaba en contra nuestra. Simplemente, no era más fácil ni más difícil, sino que era otro planteamiento.

Con todo, llegó la llamada transición y todavía en 1979 no te dejaban cantar...

Todavía hoy, la difusión a todos los medios del Estado español de la mayoría de gente que canta en catalán es inexistente.

Pero es un cantante reconocido internacionalmente. ¿Por qué cuesta tanto en el Estado español? ¿A qué son debidas reacciones como las del 1997 cuando os silbaban al homenaje de Miguel Ángel Blanco?

No me silbaron porque cantase bien o mal, sino que silbaron a la persona que luchó contra la dictadura, que había tenido unos postulados claros y que usaba una lengua concreta. Esto fastidia a un sector bastante amplio. Pensé que había personas que aún eran franquistas y que les molestaba que les dijeran las cosas por su nombre. Hoy todavía hay.

Durante años nos dijo que venía "de un silencio antiguo y muy largo". ¿Cree que este silencio todavía existe?

Este país va muy lento en su recuperación de la memoria histórica. Lo que pasa aquí no pasaría en ningún otro país del mundo. Aún hoy hay una especie de "pastel" que es de donde salió la transición, siempre a la pata coja y con un perdigón en el ala. Aquí la transición real aún no se ha hecho. El país democrático todavía no se ha hecho, estamos muy lejos. Aparte de que, de democracia, no es nunca suficiente. Se silencian muchas cosas y, es más, se uniformiza la información.

¿Esas mismas letras pueden ir dirigidas hoy a casos de corrupción que, tanto en Mallorca como en Valencia, son tan presentes?

La corrupción viene de lejos. Anselm Turmeda ya decía: "Dinero de torcido hacen verdad, y de juez hacen abogado...". Ahora bien, hay algo peor: una forma de aceptación popular que el aceite por donde pasa deja.

El movimiento de la Nova Cançó celebra los cincuenta años. ¿Qué representan para ti?

Esto de los cincuenta años, se lo han inventado. Yo hace cincuenta años no cantaba. Hice Al vent en 1959, pero yo canto desde el 62. La Nova Cançó fue un fenómeno que fue apareciendo sin fechas. Era un movimiento que hacía un tipo de canciones que aquí no se habían hecho y que había elegido una lengua que no era la oficial sino la propia, una lengua que había sido oprimida.

¿Pero desapareció el movimiento con la llamada democracia?

La Nova Cançó no nace ni muere, fue un momento que también se vivió en Italia, en América y en Alemania, donde había cantantes que hacían este tipo de música quizá con un exceso de militancia de partido. Aquí la militancia era difusa porque había la dictadura. Cuando ésta terminó, la Nova Cançó siguió y ha dado una serie de nombres como Serrat, Guillermina Motta, La Trinca, Maria del Mar o Llach. Nosotros no éramos un grupo homogéneo y cada uno continuó su trabajo. Lo que nos unía era cantar en catalán y hacer un tipo de música que no era estrictamente comercial.