El «albertío»
¡Yo no sé por qué mi Dios
le regala con largueza
sombrero con tanta cinta
a quien no tiene cabeza!
¿A’ónde va el buey que no are?
¡Responde con prontitud!
¡Si no tenís la contesta,
prepárate el ataúd!
Vale más en este mundo
ser limpio de sentimientos;
muchos van de ropa blanca
y ¡Dios me libre!… por dentro.
Yo te di mi corazón:
¡devuélvemelo enseguí’a!
A tiempo me hey da’o cuenta
que vos no lo merecías.
Hay que medir el silencio,
hay que medir las palabras,
sin que’arse ni pasarse
medio a medio de la raya.
Yo suspiro por un Peiro,
¡cómo no hey de suspirar,
si me ha entrega’o la llave
de to’o lo celestial!
Y vos me diste el secreto
de chapa sin cerra’úra,
como quien dice, la llave
del tarro de la basura.
Dejate de corcoveos,
que no nací pa’ jinete:
me sobran los Valentinos,
los Gardeles y Negretes.
Al pasito por las pieiras,
cuida’o con los juanetes,
que aquí no ha nací’o naide
con una estrella en la frente.
Discreto, fino y sencillo,
son joyas resplandecientes
con las que el hombre que es hombre
se luce decentemente.
«Alberto –dijo– me llamo».
Contesto: «lindo sonido,
mas para llamarse Alberto
hay que ser bien ”albertío”».
Versión de Violeta Parra.
En el disco de Ángel Parra, Violeta Parra, paroles et musiques, las 4 Voces Chilenas cantan «muchos van con ropa blanca».
(1966)