Aportes a la música chilena
Compuso
Domine ad adjuvandum me (1835), la misa de Réquiem a la muerte de Diego Portales (1837), y los himnos de Yungay (1839) y a San Martín (1842). El
Himno a la victoria de Yungay, con letra de Manuel Rengifo, fue estrenado el 8 de abril de 1839 y, con el tiempo, llegó a ser considerado por muchos como un segundo himno nacional.
Además, fue uno de los impulsores de la recuperación de la música del himno patrio, compuesta por Manuel Robles. La canción, que reescribió sacándola de su memoria tras haberse perdido todos los escritos y pautas, fue publicada en la
Revista de las Bellas Artes.
En 1842, organizó conciertos musicales en Santiago y Valparaíso, que le granjearon una medalla de oro por parte del gobierno en reconocimiento de sus servicios.
Nombrado director del Conservatorio Nacional de Música en 1852, fundó al año siguiente, junto con Isidora Zegers Montenegro, el peruano José Bernardo Alzedo y Francisco Oliva, el
Semanario Musical, la primera publicación periódica sobre música en Chile. Sin embargo, renunció al poco tiempo por la falta de interés de la autoridad por este tipo de iniciativas. Ambos cargos le hicieron ser merecedor de ser denominado como la primera autoridad nacional en música.
En 1882, publicó sus memorias
Recuerdos de treinta años, donde relata sucesos históricos, costumbres de la época y datos autobiográficas que abarcan el periodo 1810-1840.
Vida política
Miembro del Partido Liberal, fue un férreo opositor al gobierno de Manuel Bulnes, lo que le valió ser deportado a la ciudad de Ancud en 1850. Dos décadas más, tarde fue elegido como regidor por Santiago (1870-1872).
Autor del libro La Sociedad de la Igualdad i sus enemigos.
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