Del Directorio a la época de Rosas
Cuando fue elegido el general Carlos María de Alvear como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, integró su gobierno, y a su caída fue condenado a prisión. Luego ocupó algunos cargos públicos más.
Vicente López y Planes fue nombrado secretario del Congreso Constituyente de 1824 y, poco después, ministro del Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Bernardino Rivadavia.
Tras el escándalo por las negociaciones inciciadas con el Imperio del Brasil con la finalidad de culminar la Guerra del Brasil, Rivadavia renunció a la presidencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En su lugar fue electo Vicente López y Planes, que firmó la inevitable disolución del Congreso General y llamó a elecciones en la Provincia de Buenos Aires.
El nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires, Manuel Dorrego, llevó a Vicente López y Planes al cargo de ministro; eso lo acercó a los federales. Se exilió en el Uruguay cuando Dorrego fue derrocado y fusilado por el general unitario Juan Lavalle, y regresó para ser nombrado miembro del Tribunal de Justicia en 1830 por el gobernador Juan Manuel de Rosas. Durante muchos años fue presidente del Tribunal y, entre otras causas, presidió el juzgamiento de los asesinos de Juan Facundo Quiroga, los hermanos Reynafé.
Fue presidente del Salón Literario dirigido por Marcos Sastre, pero no se unió al grupo de la Generación del 37, al que sí perteneció su hijo, Vicente Fidel López.
Gobernador de Buenos Aires
Después de la batalla de Caseros, en la que el Ejército Grande comandado por el general entrerriano Justo José de Urquiza venció al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Rosas, Vicente López y Planes se puso bajo la protección del vencedor. Urquiza lo nombró gobernador de la provincia de Buenos Aires; nombró ministro de gobierno al jefe de los unitarios, Valentín Alsina. Sin permiso de la legislatura provincial, viajó a San Nicolás de los Arroyos, donde firmó el Acuerdo de San Nicolás, camino imprescindible para la sanción de una Constitución Nacional. Pero la legislatura, viendo que la convención convocada no era controlada por Buenos Aires, rechazó el Acuerdo. Cuando Vicente López —acompañado de su hijo— defendió ardorosamente la unión nacional, fue derrocado. Pero Urquiza intervino la provincia y repuso en el gobierno a López. Éste renunció definitivamente a fines de julio.
Su sucesor, general José Miguel Galán, fue depuesto apenas Urquiza hubo dejado la provincia, por la revolución del 11 de septiembre de 1852. Durante los siguientes nueve años, el Estado de Buenos Aires permaneció separado de la Confederación Argentina.
Últimos años y fallecimiento
Tras vivir corto tiempo en Paraná, López regresó a Buenos Aires, donde falleció en 1856. No alcanzó a ver unificada la República Argentina. Sus restos mortales se encuentran en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.
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