Julia León regresa a la canción de autor porque «es necesario y urgente»

Julia León en la presentación del disco y el libro «Que soy del aire» en Barcelona. © Xavier Pintanel

Julia León (Madrid 1945) es una trovadora de las de antes. Digo lo de "antes" sin ningún ánimo de colocarla como pieza de un museo de Historia. Cuando hablamos de clásicos, el "antes" no es un adverbio de tiempo sino un sustantivo intemporal, casi un topónimo. Viene de "antes" pero está aquí y ahora y a sus 74 años sigue fresca, incombustible e intactamente resiliente.

Julia fue cofundadora —con Hilario Camacho, Elisa Serna, Adolfo Celdrán y el periodista Antonio Gómez, entre otros— del colectivo musical "Canción del pueblo"; ese movimiento creado en Madrid en 1967 a la usanza de "Els Setze Jutges" en Cataluña, con el fin de dignificar la canción de autor en castellano en pleno franquismo.

Con la "Transición" —ese momento histórico que va del franquismo a lo que sea que es ahora España—, memoria y pensamiento se tornaron molestos —a derecha e izquierda— y alguien creyó que los trovadores ya no eran necesarios.

Hoy, que "vamos para atrás como los cangrejos" y el "ahora" se parece cada vez más al "antes", Julia vuelve a ser necesaria. De hecho, siempre lo fue.

Julia León se encuentra ahora presentando un doble trabajo que comparte nombre, Que soy del aire, aunque en realidad se trate de dos proyectos independientes. Por una lado el libro, una antología de poemas propios escritos en distintas épocas y profusamente ilustrado con dibujos y pinturas de distintos artistas. Por otro, un CD básicamente con temas propios, más una canción de su hijo León Ruiz y otra del padre de su hijo, Raúl Ruiz; además de un tema en gallego Probe Galicia, musicación de un poema de Rosalía de Castro; otro en catalán Sa serena, un tema ibicenco que había popularizado el grupo UC; y otro en euskera Txoria txori, de Joxean Artze y Mikel Laboa.

"En un principio estaba diseñado para que hiciéramos un disco-libro pero al final me gustó más la idea de hacerlo por separado", nos cuenta Julia en una entrevista.

Tu primer libro de poesía...

Este libro es una recopilación de todas poesías que yo he escrito a lo largo de mi vida.

Yo escribía poesías pero no pensando que era poeta ni pensando que algún día lo iba a publicar. Solo escribía para mí y luego me puse a recopilar y la gente me empezó a decir "¿por qué no públicas?". Dudé mucho pero ahora estoy súper orgullosa.

El diseño del libro es impresionante obra de Amaya Lainez. Es un diseño muy novedoso, muy de ahora, al tiempo que estamos sacando algunas poesías de mucho antes, de toda la vida.

El libro está dividido en tres apartados que son: Como la vida misma, Amores y más y Retratos.

¿Es un libro autobiográfico?

No es un libro autobiográfico, pero indudablemente las poesías, si están sacando mis sentimientos, de alguna manera están hablando de mí. Eso no se puede evitar.

Y también un disco nuevo…

El disco está producido y arreglado por Antxon Sarasua. le ha echado tanto corazón que este disco es tan suyo como mío. Y luego hay otros músicos también muy buenos como Iñaki Aguirre. Está también mi hijo León Ruiz y canto también una canción de él.

Presentación del disco y el libro «Que soy del aire» el pasado 3 de octubre en El Teatre més petit del món de Barcelona. De izquierda a derecha: Pere Camps, director del proyecto cultural BarnaSants, Francesc Pi de la Serra y Julia León. © Xavier Pintanel

Con Que soy del aire regresas a la canción de autor.

Sí. En la famosa transición los cantautores dejamos de ser necesarios, incluso llegamos a ser molestos y nos cerraron las puertas. Conservaron a los tres o cuatro figurones y el resto teníamos que desaparecer. Estorbábamos. Cuando vi que ya no nos contrataba nadie me dediqué a la música sefardí y dejé la cantautoría porque no había cancha.

Y me da igual, yo hago canciones porque me gusta a mí hacerlas y cantarlas. Si además le gustan a más gente y me escuchan y me contratan genial, y si no también me da igual. He decidido hacerlo porque quiero hacerlo, porque urge hacerlo, porque es necesario hacerlo.

He disfrutado y he aprendido mucho con la música sefardí pero ahora con la urgencia que está viviendo la humanidad me urge volver a hacer canciones.

¿Es necesaria todavía la canción contingente?

No solo es necesaria, es urgente. Ahora mismo ya no solo denunciar las cosas, que también, hay que denunciar la multitud de injusticias que hay. Es que estamos ante un cambio de paradigma, la humanidad está evolucionando a una velocidad muy grande y si no estamos listos la ola del tsunami nos va a pasar por encima.

Y no solo hay que denunciar las injusticias, hay que abrir puertas, alentar esperanza eso también creo que es absolutamente necesario.

Cantas en las cuatro lenguas del estado español

Más que nunca sigue siendo revolucionario cantar en otras lenguas del estado español porque en otras épocas el enemigo era muy evidente y ahora no lo es tanto. Ahora es mucho más sibilino. Han conseguido con estos medios tan horribles que la víctima sea el culpable.

Ahora el enemigo se disfraza y dicen que son de izquierdas los que son de derechas y llaman malos a los que son buenos. Es horroroso.

Ahora es muchísimo más importante que antes reivindican las lenguas y las culturas autóctonas. Además, el futuro ya está escrito: el proceso de descolonización empezó en el siglo XVII. ¿Crees que la humanidad lo va a parar?

Ahora lo único que nos puede salvar es la conciencia y si la música puede ayudar, las canciones pueden ayudar a hacer conciencia, perfecto.

Vistos los últimos acontecimientos al respecto ¿cómo valoras la situación de la libertad de expresión en España?

Vamos para atrás como los cangrejos. Pero además han conseguido esta falacia tan grande de que una inmensa mayoría no-pensante con falta de conciencia logre identificar a la víctima como agresor y eso es terrible. Pero yo creo que eso está pasando en el mundo entero. Quizás en España es muy descarado y desde luego vamos a la cabeza de esta estupidez, pero creo que está pasando en el mundo entero.

¿Cuál crees que es el legado del colectivo musical «Canción del pueblo»?

El legado que dejamos fue la sensación de que sí se podía, que se puede pensar cómo se puede ir más allá. Si hay alguien que lo está haciendo, se puede. Ese es el gran legado que nosotros dejamos y aunque después de la transición vino esa especie de telaraña adormecida, eso está ahí y revive en cualquier momento. Y no solamente que yo esté haciendo todavía canciones, es que mucha gente joven está haciendo canciones. Hay mucha gente joven que está denunciando cosas y que está abriendo puertas.

¿Y esa gente joven os reconoce lo suficiente como precursores?

Te diría que sí pero eso va poco a poco. Ha habido tanta falacia y tanta mentira… porque la forma de destruirnos fue decir que no éramos cantantes, que no sabíamos tocar, que éramos muy malos y como éramos tan malos no valía la pena seguir dándonos trabajo.

Entonces efectivamente allí hay un parón. Pero, por ejemplo, hace poco estuve en Toledo cantando con una historia de cantautores jóvenes y se me acercaban y me decían: "eres una referencia para nosotros". Yo casi me asusté porque no me lo esperaba, pero sí, hay gente que empieza a reconocernos. Pero ha habido un parón muy grande y se lo debemos principalmente a estos socialistas que dicen que son de izquierdas…

Sin embargo estás aquí con disco nuevo…

Lo que he querido con el disco es volver a ser yo.

¿Y qué se siente volviendo a ser tú?

Que la vida vuelve a tener sentido.

Presentación del disco y el libro «Que soy del aire» el pasado 3 de octubre en El Teatre més petit del món de Barcelona. De izquierda a derecha: Pere Camps, director del proyecto cultural BarnaSants, Francesc Pi de la Serra y Julia León.