Un ramito de violetas, Mi querida España o Dama, dama son algunas de las canciones de Cecilia que permanecen en la memoria de varias generaciones y que la cantante catalana Lídia Pujol ha recuperado en su disco Conversando con Cecilia, por considerar que "son proféticas".
EFE|Andrea Hernández - En una entrevista con Efe, Lídia Pujol ha subrayado la "deslumbrante clarividencia" de Cecilia, que cuarenta y cinco años después de su muerte "puede seguir despertando conciencias" con sus temas.
Conversando con Cecilia, un proyecto que quedó "congelado" por la pandemia y acaba de salir a luz, recupera a una compositora con una carrera muy corta (murió con 27 años en un accidente de tráfico), que consiguió calar muy hondo en sus contemporáneos y dejó huella.
Lídia Pujol escuchó de niña a Cecilia, pero explica que fue en 2017, "después del choque del discurso del Rey", cuando surgió de la recámara de su subconsciente la canción Mi Querida España y, al buscarla en Youtube, se topó con Mi Querida España, versión sin censurar, grabada el día que Cecilia aprovechó la oportunidad del directo para cantarla tal como la había escrito.
En este sentido, recuerda que Cecilia murió en 1976, cuando todavía no se había cumplido un año de la muerte de Franco y la censura persistía.
Mi querida España habla de cómo "los poderosos crean bandos para que unos se enfrenten con los otros, mientras ellos cuidan de sus intereses", indica Lídia Pujol.
Un tema tremendamente actual, añade la intérprete, que cree que, con sus canciones, Cecilia "sigue invitando a la gente a mirar las cosas con sus propios ojos".
Tras el reencuentro con Cecilia a través de Mi querida España, Lídia Pujol siguió desnudado sus canciones y encontrando "temas que nos afectan a nosotros aquí y ahora".
El resultado de esta inmersión en la obra de Cecilia es un disco que "no pretende ser un homenaje o el recuerdo de una obra del pasado —ha aclarado Lídia Pujol—, sino el redescubrimiento de un mensaje plenamente actual".
Un buen ejemplo es Cíclope, otra canción que fue censurada por el régimen franquista y que "habla de cómo nos llega la realidad a través del ojo de la televisión, algo trasladable a hoy en día, en que vemos el mundo a través de los medios y las redes, en vez de verlo a través de nuestros propios ojos", señala.
Otra canción censurada fue Soldadito de plomo, cuya letra hace referencia "a esta sociedad que vive de apariencias y valora a la gente por cosas tan superfluas como el coche que conduce".
Ramito de Violetas es otro de los cortes del disco y Pujol lo canta como un "ramito de incomunicación basado en roles y en un sistema de autoridad que menosprecia el amor y la libertad".
Un mensaje que para la cantante es aplicable al "choque que supuso que se nos violentara por ir a votar, demostrando que la ley estaba por encima de las personas", asevera en referencia al referéndum del 1 de octubre de 2017 en Cataluña, convocado por el Govern y prohibido por el Tribunal Constitucional.
Todas las canciones que Lídia Pujol ha seleccionado para el disco responden a "un relato interno", que busca marcar la diferencia entre "el personaje que nos creamos para mostrar a los demás y la persona real, la que no mira a través de los ojos de los demás, sino a través de sus propios ojos".
Esta diferencia está presente tanto en las letras como en la música: la primera parte del disco reúnen canciones que hablan de personajes que funcionan de cara a la galería, "con una instrumentación mínima que subraya la teatralidad de esos gestos que se repiten al dictado de quien les precede", y la segunda está protagonizada por personas "que asumen el riesgo de tener su propia voz".
Un viaje de 45 años, que conecta los años setenta con el siglo XXI y en el que la compositora catalana se ha dejado acompañar en los arreglos musicales y la producción por Carlos Montfort, Dani Espasa, Oscar Roig y Pau Figueres.
Después de 50 años, sale a la luz la grabación de la actuación de Mercedes Sosa en el Town Hall de Manhattan, un testimonio único de su arte y compromiso y de la fuerza artística y política de La Negra. El disco aparece solo unas semanas después del lanzamiento de otro disco póstumo e imprescindible: En Vivo en el Gran Rex 2006.
Nano Stern y Luis Emilio Briceño presentan en Europa, En septiembre canta el gallo —ganador del festival In-Edit Chile—, un documental sobre la Nueva Canción Chilena, desde sus inicios hasta el golpe de estado de Pinochet; todo ello narrado a través de las voces de sus protagonistas y de imágenes, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Esto será hoy 2 de noviembre en el marco del festival In-Edit de Barcelona.
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