La cantautora chilena Camila Moreno presenta el videoclip Déjame, que formará parte de su próximo disco y en el que participan la colombiana Lido Pimienta y la mexicana Ximena Sariñana.
El nuevo álbum de Camila Moreno será un disco conceptual, un álbum de ciencia ficción al sur del globo terráqueo, en el que se relata "una historia de amor de sus protagonistas X y M, y también de erotismo y revolución que transcurre en el siglo XXIII. Una distopía criolla instalada en este lado del mundo" afirma Camila.
De este próximo álbum la chilena ya ha dado a conocer varios sencillos: Quememos el reino; Es Real; Cerca; Esta Electricidad, en colaboración con Guaynaa; Hombre; e Hice a mi amor llorar. El turno ahora es para el videoclip de Déjame, un tema en el que además colaboran dos de las artistas más representativas del panorama continental, la mexicana Ximena Sariñana y la colombiana Lido Pimienta.
En Déjame nos enfrentamos al pop y la electrónica, con raíces que se estiran también hasta llegar al folclore, materializadas en el compás de siete por ocho y el uso del charango. Camila explica que este single, producido junto a Iván González y Pablo Stipicic, "es el tema del quiebre y del intento de recuperación antes de la muerte".
Sobre sus invitadas, dice que "con Ximena y Lido la canción se expandió y creció aún más. Hicimos muchas pruebas para llegar a la estructura final, gracias a la ayuda de mi novia. La idea era llegar a una estructura transversal y directa y se logra gracias a su talento para el pop".
Y que líricamente, es un juego de palabras y conceptos: entre el déjame hacerlo y el déjame ir. "En la letra hay ganas de escapar, de huir, pero también de querer ser mejor para la otra persona. También hay una competencia irónica con un hombre imaginario, con el arquetipo de hombre patriarcal, diciendo que yo lo puedo hacer mejor".
El videoclip se armó desde Canadá, México y Chile, cada una de las cantantes grabó su parte acompañadas de un equipo de producción.
El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero, autor de A cántaros, murió a los 78 años en Madrid tras una larga enfermedad; su obra unió canción, poesía y compromiso político durante más de medio siglo.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.
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