Con motivo de la edición del disco Con Diákara —si es que es necesario un motivo para hablar con él—, Silvio Rodríguez nos ha concedido una entrevista para hablar de este trabajo editado treinta años después de su grabación y de otros aspectos de su obra y su vida. Esta es la primera entrega.
Silvio Rodríguez en los tiempos de Diákara.
© Altafonte|Ojalá
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Iniciamos hoy la primera de las tres entregas de este cuestionario en el que generosamente Silvio Rodríguez nos ha hablado de Con Diákara y de otros aspectos de su obra y su vida. Hoy dedicamos esta entrega precisamente a este nuevo trabajo.
Treinta años después se edita el disco Con Diákara, grupo con el trabajaste desde finales de 1990 hasta principios de 1993. Para ese trabajo escogiste algunas canciones inéditas que acaban de ver la luz y otras que se utilizaron en los conciertos de esos años. La elección de canciones como Hubo un país (el mundo se alcanza sudando), Mira (aprenderé a cazar con pedernal para luego saber), Variaciones (cómo ser feliz sin dejar una huella), El necio (yo me muero como viví) o Y yo te di una flor (tú me ofendiste profundo… y yo te di una flor radiactiva), son canciones que apelan desde lo íntimo a lo patriótico. Estas canciones, aunque son válidas para cualquier momento, ¿las escogiste como respuesta y propuesta al Periodo Especial que se vivía en Cuba?
Hubo un país fue compuesta para un documental cubano, a principios de los 70, cuando yo era parte del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Su fecha de composición demuestra que algunos problemas que hemos arrastrado —por ejemplo, para algunas cosas un idealismo extremo—, son de vieja data. Mira es de mucho después, creo que de los 80s, y no recuerdo que tuviera una motivación política sino más bien humana. Y yo te di una flor creo que fue compuesta en el motopesquero Playa Girón, en una época en que algunos burócratas me jodían mucho y yo era capaz de responder muy ácidamente. La única compuesta en los años del período especial fue El necio.
En Venga la esperanza planteas fundamentalmente dos cosas: que las maravillas vendrán algo lentas y que la esperanza será bienvenida venga de donde venga y traiga el color que traiga. Sin embargo el siglo XXI nos ha traído dos tipos diferentes de pandemias, la COVID-19 y el dramático cambio climático. ¿Qué será necesario hacer para que la búsqueda de un sueño no se convierta en la pesadilla de un futuro próximo Armagedón?
Venga la esperanza habla de cómo veía el año 2 mil desde mi infancia. Yo pensaba que por esas fechas tendríamos un mundo más desarrollado e íbamos a andar en cohetes por todo el sistema solar. La realidad, en varios sentidos, fue otra. La Covid va a pasar tarde o temprano; pero tengo mis dudas respecto a ciertas características predominantes de lo que llamamos civilización. Nos ha hecho mucho daño la idea de que el éxito consiste en tener siempre más utilidades. Ojalá eso no nos haya echado a perder como especie y, en consecuencia, acabemos con nuestro hábitat, este planeta.
En la gira por España de Junio de 1991, a la crítica especializada no le gustó los arreglos del nuevo enfoque estético musical que presentabas junto a Diákara. Según ellos, la fórmula afro-jazz con tintes sinfónicos estaba desfasada y se alejaba en exceso de la música caribeña. ¿Qué opinión te merece esto?
Sinceramente, no recuerdo esas críticas; mucho menos que fueran tan rotundas. Pero debes tener alguna razón, cuando lo afirmas. ¿Qué responder? No puedo —ni quiero— borrar el trabajo con el excelente grupo que fue Diákara: ahí está, como la puerta de Alcalá.
La salida de Admeh Barroso y la entrada de Terry y Julián variaron el sonido de Diákara en la Gira de 1992. ¿A qué se debieron estos cambios? ¿Fueron premeditados?
La razón fue sencilla: el guitarrista se fue del grupo y fue sustituido por dos músicos extraordinarios: Terry y Julián. Las grabaciones de mi disco Con Diákara fueron en su primera etapa.
En la secuenciación del repertorio de los conciertos de 1991, ¿había algún tipo de intencionalidad, de dramaturgia? Y, en el caso de que así fuera, ¿se ha trasladado al disco con Diákara?
Siempre tratamos de que en los conciertos haya una dramaturgia; para eso se escoge entre un variado repertorio. El disco Con Diákara está limitado a las 10 canciones que logramos dejar registradas en aquellos pocos turnos de grabación. No tuvimos tiempo a más, estábamos regresando a Cuba después de una gira por México. En la nota de entrada cuento algunas dificultades posteriores, entre ellas reproducir las cintas, por la tecnología con que habían sido grabadas. Fueron complicaciones que tuvimos que ir venciendo cada vez que me acordaba de ese trabajo, en medio de la variedad de proyectos que he realizado en todo ese tiempo. Después de 25 años se sustituyeron los timbres de metales y maderas por instrumentos reales, gracias a la colaboración del exDiákara Emilio Vega. Eso fue lo único que varió de las grabaciones originales, además de dos voces que faltaban por grabar y que puse.
Emilio Vega en un fotograma del documental «Silvio Rodríguez con Diákara».
© Altafonte|Ojalá
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En los conciertos de 1991, la canción Variaciones sobre un viejo tema, que ha salido como segundo anticipo del disco, era un momento imprescindible y de gran belleza. ¿Qué causó que dejaras de interpretarla en la gira de 1992?
No recuerdo, pero posiblemente porque estaba incluyendo temas nuevos.
En el tema Variaciones finalizas con un verso extraordinario "¿Cómo ser feliz sin dejar una huella?". En True Love Leaves No Traces, Leonard Cohen plantea que el verdadero amor no deja huella. A priori parecen ser expresiones contrapuestas. ¿Cómo lo ves tú?
Visto así, seguro Cohen tiene la razón. Ni muerto discuto con él.
Detrás de Variaciones se esconde una dramática historia de la que nos has dejado algunos apuntes en tu blog Segunda Cita. ¿Podrías recordarnos el origen de esta canción?
Más que canción es una reflexión sobre el suicidio; por eso se llama Variaciones sobre un viejo tema.
En Variaciones encontramos el uso de algunos términos o expresiones religiosas o cercanas a conceptos religiosos como "las siete puertas", "las lámparas de aceite" o "hacernos buenos" con una conceptualización laica. Algo parecido sucede en Mira con versos como "nacer de nuevo", "apretado el corazón contra los hombres" o "con el mismo amor del primer nacimiento". Ambas de un modo u otro hablan de la resurrección pero sin muerte física. ¿El uso de esos términos es intencionado? ¿Crees en algún tipo de religiosidad?
Constantemente usamos frases que vienen de las antiguas escrituras; los decires de los países hispanos están llenos de eso. Y no creo que sea porque la gente sea creyente o no. Es parte ya de una cultura de la comunicación.
Dylan cantaba en It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding) "quien no está empeñado en nacer está empeñado en morir", aunque podemos encontrar ecos de este significado en Variaciones o Mira quizás sea en Tonada de la muerte donde se refleje de un modo más claro. Según tus creencias, ¿dónde estaría el sentido de la vida? ¿En la vida eterna, en la expedición hacia el mejoramiento humano o dónde?
El sentido de la vida depende de cada persona y de todos; lo que encontramos cuando y donde aparecemos, puede influir bastante. La vida es un accidente —afortunado— y me identifico con los que tratan de que sea mejor para los que están por venir —no sólo por fuera sino también por dentro—.
"El pasado es insurrecto" dices en Canción del pasado. Este tema lo has tratado o tocado en varias canciones, en Nunca he creído que alguien me odia cantabas "Sé que el pasado me odia/ y que no va a perdonarme / mi amor con el porvenir. / Por eso manda verdugos / con todos los uniformes / mi asesino es el pasado / aunque con mano de hombre." ¿Podríamos decir que el pasado es el Ministerio de la Reacción contra la esperanza de un mundo mejor?
Los que fuimos testigos del cambio que significó el triunfo de la revolución en Cuba nos quedamos con la sensación de que el pasado era algo por superar, por más que a veces tratara de volver a alcanzarnos. Todo esto tiene que ver con un deseo optimista de ir dejando atrás la violencia, el egoísmo, y de ir creciendo en compasión y solidaridad.
El disco Con Diákara indudablemente expresa un continuo tributo a la Mujer como ser humano. Canciones como La gota de rocío, Emilia, De la ausencia y de ti, Velia, directamente reivindican la aportación de la mujer en el mundo y en las relaciones humanas en un momento en que los defensores de los privilegios del hombre se muestran con más descaro y violencia. Asimismo canciones como Canción del pasado, Flores nocturnas y la inconmensurable Acerca de los padres apuntan al fracaso en las relaciones hombre/mujer, la violencia de género, la prostitución y la violencia de los padres contras los hijos tanto física como sicológica. También está ese tema inédito que tus seguidores tanto quisieran ver editado llamado Blanco que refleja maravillosamente parte de estos aspectos. ¿Cuál es la realidad social y legal en Cuba sobre estos aspectos después de 50 años de revolución? ¿Existen organizaciones feministas o LGTB en Cuba?
Ya lo creo que hay feministas en Cuba; organizaciones, no lo sé. El movimiento LGTB ha hecho pronunciamientos y varias manifestaciones. En esto último ha jugado buen papel el apoyo del Centro Nacional de Educación Sexual (CENECEX).
Después de 50 años, sale a la luz la grabación de la actuación de Mercedes Sosa en el Town Hall de Manhattan, un testimonio único de su arte y compromiso y de la fuerza artística y política de La Negra. El disco aparece solo unas semanas después del lanzamiento de otro disco póstumo e imprescindible: En Vivo en el Gran Rex 2006.
Nano Stern y Luis Emilio Briceño presentan en Europa, En septiembre canta el gallo —ganador del festival In-Edit Chile—, un documental sobre la Nueva Canción Chilena, desde sus inicios hasta el golpe de estado de Pinochet; todo ello narrado a través de las voces de sus protagonistas y de imágenes, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Esto será hoy 2 de noviembre en el marco del festival In-Edit de Barcelona.
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