Regresó la presencialidad al festival Tenco 2021

Joan Isaac (derecha) entrega a Pere Camps (izquierda) el premio Tenco al operador cultural. © Roberto Molteni

Amilcare Rambaldi, histórico fundador y alma del club Tenco di Sanremo, fue galardonado por el entonces alcalde Narcís Serra, con el reconocimiento "Amigo de Barcelona" por la especial atención prestada a la Nova Cançó (había invitado tanto a Lluís Llach como a Pi de la Serra al festival italiano). Era 1979 y, como veremos, el vínculo que unía la asociación de San Remo con la cultura catalana siempre se ha mantenido vivo.

Rambaldi había fundado el club después de un artículo en un semanario de 1971 en el que, revisando los registros del joven Francesco Guccini, Roberto Vecchioni, Piero Ciampi titulado "Bien hecho, muy bien, pero ¿quién los quiere?" Con una carta abierta respondió "los quiero" y dio a luz a la asociación que, es bueno recordar, no es un club de fans, sino que tiene como objetivo mejorar la calidad de la canción. Si lleva el nombre del cantante suicida —Luigi Tenco—, es solo para un buen recuerdo.

En Italia, cualquier canción siempre había sido etiquetada indistintamente como música pop. Cuando, sobre la influencia francesa, comenzaron a insertarse temas sociopolíticos y lenguajes marcadamente poéticos, comenzaron las distinciones: las canciones más exitosas fueron, un tanto despectivamente llamadas "gastronómicas", "evasión" "de festival", lo que implica que era una canción de mucha menor calidad. Los productos comercialmente exitosos, considerados en sí mismos de un nivel inferior, se contrastaron así con la naciente canción que llamada "de autor".

Pero, después de sesenta años la situación ya no es la misma, muchas cosas han cambiado, las canciones se mezclan, lo mismo se puede encontrar tanto en el Tenco como en el Festival de San Remo. La diferencia entre los dos eventos radica, en todo caso, en el contexto cultural, en la historia, en el diseño, en la capacidad de diseñar. Ésta es, ahora, la verdadera distinción.

A partir de estas premisas, el tema de la 47ª edición del evento organizado por el club fue "Una canción sin adjetivos".

Luego de un año de organización en desuso (por necesidad dictada por Covid, la edición de 2020 tuvo un formato exclusivamente televisivo), el evento regresó al teatro Ariston, que tiene un aforo de 2.200 espectadores. Y, para la ocasión, el Tenco ha repartido una cantidad considerable de premios: los Premios Tenco, otorgados a la carrera por la Directiva del Club, este año fueron ocho, mientras que seis, como es habitual, fueron las placas Tenco, asignadas por un jurado de trescientos periodistas a los mejores discos del año y, finalmente, se sumó el de I suoni della canzone (Los Sonidos de la Canción), que ocasionalmente se asigna a los instrumentistas acompañantes.

Antonio Silvia (izquierda) y Mogol (derecha). © Roberto Molteni

La mayor novedad radica en la entrega del premio a Mogol, autor de la letra de las canciones de Lucio Battisti. Es un punto de inflexión lleno de significados: a pesar de haber constituido el evento musical que más marcó la canción italiana, los dos nunca habían sido tomados en consideración por el club Tenco.

"Cuando nacimos, queríamos dar espacio a la nueva generación de compositores, marginados de la televisión, de los hechos más importantes y de la propia discografía —dice Sergio Secondiano Sacchi, director artístico— mientras que en 1971 las canciones de Mogol-Battisti tenían cabida en las listas de éxitos durante todo el año, en el top ten durante 45 semanas de 54. Durante largos períodos, cinco de sus composiciones estuvieron simultáneamente en el top ten, algo inimaginable. ¿Qué podrían tener, por tanto, con una canción excluida? ". Battisti, entonces, fue una estrella de televisión el sábado por la noche, cuando actuó con Mina.

Pero en este 2021, tan lejos de los contrastes de la época, se produjo la gran recuperación en reconocimiento a la grandeza de los dos: casi todas las participantes quisieron interpretar una de sus canciones y se montaron dos conjuntos tributo femeninos: uno italiano. con Simona Colonna y Ambra Pintore y el otro internacional con las belgas Sighanda y Rusó Sala, que cantaron tanto en castellano como en catalán (Al cor, a l'ànima, traducido especialmente por el poeta José Maria Micó, traductor de la Divina Comedia).

Vittorio De Scalzi. © Roberto Molteni

Otro premio que sigue la misma lógica fue el otorgado a Vittorio De Scalzi, alma de los New Trolls, grupo que con el disco Senza orario e senza bandiera, escrito con Fabrizio De André en 1968, abrió la temporada italiana de rock de autor y continuó su carrera con piezas de gran éxito (ver Congresso grosso con Bacalov) marcadas con la apresurada definición de la música pop. Vittorio De Scalzi lo recordamos en abril de 2014 en el CAT de Barcelona en un espectáculo organizado por Cose di Amilcare, asociación fundada en Cataluña en memoria de Amilcare Rambaldi.

Siguiendo el camino de la "Canción de autor" clásica, los premios para Fiorella Mannoia (quien, siguiendo la tradición de Mina, Milva, Ornella Vanoni fue la intérprete por excelencia del cantautor italiano) y para Enrico Ruggeri, quien regresó al Club Tenco después de treinta y tres años de ausencia, la atribuida al genial pianista y cantante Stefano Bollani, trastorna un poco las cartas. Tocó con Chick Corea y, dirigido por Riccardo Chailly, con la Gewandhaus de Leipzig proporcionó una versión incomparable de Rhapsody in Blue. Considerado uno de los cinco mejores pianistas de jazz del mundo, mezcla casualmente sus composiciones con la música de Mozart, Gershwin y las canciones de dibujos animados infantiles y en el año en el que se quiere celebrar la superación de las barreras entre los diversos géneros, el premio que se le otorgó rebosa de indicaciones. Dio un ejemplo en el escenario del Ariston en un dúo extemporáneo con el comediante y estrella de televisión Claudio Bisio.

Un discurso idéntico sobre la superación de géneros merece el I premio Sonidos de la Música otorgado al animado Gianni Coscia de noventa años que, como Bollani, graba para la prestigiosa EMC alemana. Coscia fue el primero en Europa en tocar jazz con el acordeón, mezclando la música de bailes populares con swing y blues. Sus discos fueron presentados nada menos que por Umberto Eco. También contrasta con otro galardón, el concedido a Paolo Pietrangeli, que se convirtió desde muy joven en el emblema del canto del Sessantotto italiano y luego, junto a su labor como director de televisión y cine, transformándose en un desenfadado pero también cantante despiadado de la evolución de la izquierda italiana.

El premio internacional fue otorgado a la tribalista brasileña Marisa Monte, quien en el plató nos entregó un dúo muy refinado y e inédito con Jorge Drexler.

Marisa Monte y Jorge Drexler. © Matilde Molteni

Pero, se decía, en esta edición de Tenco se sentía especialmente el vínculo con Barcelona y, en general, con la música hispana en general (no hay que olvidar que Lucio Battisti grabó veintitrés canciones en español). Al fin y al cabo, en Cataluña viven dos miembros de la Junta Directiva del Club: Sergio Secondiano Sacchi y Steven Forti, que junto al presentador Antonio Silva es uno de los testaferros del evento (Sacchi y Forti crearon en 2011 la asociación Cose di Amilcare que organiza conciertos en Barcelona, principalmente de artistas italianos).

Esta relación comenzó con el primer evento de Tenco 2021, la presentación del libro-cd Storie e amori d’anarchie de Sergio Secondiano Sacchi y Sergio Staino, respectivamente director artístico y presidente del club. Staino es uno de los dibujantes italianos más famosos y, para la ocasión, se ha montado una exposición con los bocetos preparatorios y las tablas ilustrativas del libro que está extraído del espectáculo Cançons d’amor i anarquia concebido por Pere Camps y escrito por el propio Sacchi, organizado por el festival BarnaSants y presentado por primera vez en Barcelona el 2 de marzo de 2014, en el 40 aniversario de la ejecución de Salvador Puig Antich.

El octavo premio Tenco, el del operador cultural, fue otorgado a Pere Camps, director del BarnaSants, con esta motivación: "Desde los tiempos del franquismo, cuando como joven activista de los sindicatos clandestinos luchaba por un mundo diferente, nunca dejó de creer que la realidad se puede mejorar a través del conocimiento. Para continuar su labor como agitador cultural, en 1996 crea el festival BarnaSants y gestiona más de un centenar de espectáculos anuales, operando directamente en todos los campos: artístico, organizativo, económico y comunicativo. Aunque partiendo de las raíces de su propia tierra, Cataluña, se abre a la música de todo el mundo y también monta espectáculos en Cuba, Uruguay, Francia e Italia".

El premio, que le entregó Joan Isaac, quien leyó también una declaración de Pere en italiano, necesariamente hace referencia al Premio Yorum, este año en su segunda edición. Está reservado para canciones que luchan contra la censura y está dedicado al grupo turco homónimo opuesto a Erdogan (sus miembros fueron encerrados en la cárcel donde tres de ellos murieron en huelga de hambre). El Premio ve una alianza entre Club Tenco y BarnaSants ya que, después de San Remo, los ganadores también actúan en Barcelona: el año pasado fue así para el egipcio Ramy Essam y este año será para el húngaro Áron Molnár.

Áron Molnár. © Roberto Molteni

La noche anterior Joan Isaac fue invitado por Voltarelli, que resultó ganador con el disco Planetario de la Targa Tenco como mejor intérprete, al obtener el mayor número de votos. Voltarelli, cantó la versión italiana de A Margalida con Joan Isaac, y luego, a dúo con Rusó Sala, la traducción al catalán de su Marinai.

La intención era que Planetario fuera un disco en directo grabado en una serie de espectáculos programados en Cataluña junto al pianista Daniele Caldarini. Luego la Covid hizo estallar todo, pero los dos no abandonaron el proyecto artístico y grabaron las canciones en el estudio. Se trata de una auténtica obra planetaria: dirigida con maestría por Caldarini, participan un puñado de músicos y, además de Joan Isaac y Rusó Sala, también Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Amancio Prada, la reina del tango Adriana Varela —todos en italiano— y, aunque utilizando un artificio, por autorizado que sea, Luis Eduardo Aute.

Peppe Voltarelli y Rusó Sala. © Roberto Molteni

Otro cantante de habla hispana presente en San Remo fue el uruguayo Jorge Drexler quien en su set del viernes, además de presentar Lontano lontano de Luigi Tenco, también hizo dueto con Marisa Monte.

El sutil hilo rojo ítalo-ibérico de Tenco en 2021 continúa: los ganadores de la placa a la mejor obra dialectal, los hermanos Mancuso, de hecho iniciaron su carrera discográfica en España donde, con la colaboración del principal estudioso de la música popular del país, Joaquín Díaz, en 1986 y 1990 grabaron sus dos primeros discos.

Stefano Bollani y Claudio Bisio. © Matilde Molteni

También entre este rastro de piedrecitas en nuestro viaje hispano está Stefano Bollani a quien recordamos en Barcelona en el Festival de Jazz del 2011 y en el Auditori en 2009 y 2016: en el disco Autoscatto 2010 grabó La tieta de Serrat. Y claro: no pocos fueron los que, invitados por Cose di Amilcare y BarnaSants, han actuado en los últimos años en la capital catalana: Vittorio De Scalzi, Sighanda, Alberto Patrucco, Daniele Caldarini.

Como otras veces, esta edición de Tenco deja un poco de nostalgia: esa típica nostalgia que ya sientes en cuanto algo que nos ha conquistado emocionalmente se acaba y deja vivo el recuerdo de todo lo que hemos visto en nuestros corazones: los espectáculos nocturnos en la antigua Iglesia de Santa Brígida, en el casco antiguo, dedicada a la memoria de Georges Brassens.

A ella asistió Fausto Amodei, arquitecto y exdiputado, el gran padre de la canción política italiana, autor de Per i morti di Reggio Emilia que fue la banda sonora de cientos de eventos de los años sesenta y setenta. Y luego Piero Brega, también arquitecto, en los años setenta la voz del Canzoniere del Lazio, de Carnascialia, luego director de obra de la Mezquita de Roma y finalmente cantautor. Representó sus vivencias en la muestra Uno splendido caos, basada en el libro autobiográfico del mismo nombre. Y finalmente, el cómico Alberto Patrucco que desde hace una década también se dedica a las traducciones de Brassens.

Y luego otra placa más, la sexta de su carrera, de Samuele Bersani; la cada vez más convincente, la joven emergente Senza_cri, una chica de fuerte personalidad; y el desenfadado Lucio Corsi.