La cantante María Jiménez ha muerto esta madrugada en su casa de Triana en Sevilla a los 73 años.
![]() Fotografía de archivo del 28 de noviembre de 2002 de la cantante María Jiménez.
© EFE|Julián Martín
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EFE - La capilla ardiente de la artista ha quedado abierta al público después de la una de la tarde en el Salón Apeadero del Ayuntamiento hispalense, donde podrá ser visitada hasta las diez de la noche.
El féretro de la cantante ha llegado a la sevillana plaza de San Francisco en un coche fúnebre y ha entrado en el edificio municipal acompañado por su hijo Alejandro, nacido de su matrimonio con el actor Pepe Sancho, y su representante y presidente de la Fundación que lleva su nombre, Paco Moreno.
Sobre el féretro de la artista se ha colocado, por deseo de ella, un mantón de manila que perteneció a su madre, y junto al mismo figuran, junto a varias coronas de flores de sus familiares y el ayuntamiento, la tela de plumas de pavo real que utilizó para presentar su disco Donde más duele, con versiones de Joaquín Sabina.
Está previsto que el cuerpo de María Jiménez permanezca en el Ayuntamiento hasta primera hora de mañana, cuando será trasladado a la Iglesia de Santa Ana, en Triana, para una misa y posterior entierro en el cementerio de San Fernando.
El féretro recorrerá las calles en coche de caballos
Tras recibir el homenaje del público en el Consistorio sevillano, los restos mortales de la cantante serán trasladados este viernes en coche de caballos hacia la Iglesia de Santa Ana, en el barrio de Triana en el que residía, donde a mediodía se celebrará una misa.
A continuación, ha detallado Moreno, el féretro recorrerá las calles de este barrio por expreso deseo de María Jiménez, quien "dejó claramente entre sus voluntades que quería pasear por el Altozano en coche de caballos una vez fallecida".
En ese mismo vehículo el cuerpo de la artista, que fue diagnosticada con un cáncer de colon hace tres años, será trasladado al cementerio sevillano de San Fernando, donde será enterrada en el panteón familiar.
Paco Moreno ha explicado que María Jiménez acudió hace dos días a una revisión a la clínica sevillana desde su casa en Chiclana de la Frontera (Cádiz) y los médicos desaconsejaron que volviese a casa.
Su estado empeoró durante la jornada de ayer y murió a última hora de la noche, según Moreno, quien ha explicado que su hijo Alejandro se encuentra muy afectado, "y va a peor conforme pasan las horas".
Ha fallecido de forma inesperada
Además, ha subrayado que ha pasado "un gran verano", sin problemas de salud "y disfrutando de sus nietos", hasta que ha fallecido de forma inesperada, "aunque sabíamos que estaba bastante mal".
Para él, "María es una adelantada en todo, en la música, en todo lo que ha hecho, en sus declaraciones, en su forma de vivir, y la vida la ha vivido a tope", subrayando la labor de su fundación "con mujeres maltratadas, colectivos más desfavorecidos o niños de etnia gitana".
Ha lamentado, además, que no pudo recoger la medalla de las Bellas Artes, además de subrayar "el impacto" que ha causado su muerte, "aunque como fue muy tarde mucha gente no se habrá enterado aún, pero irán llegando durante el día de hoy".
Ha querido destacar que a la cantante le gustaría que su despedida se viviese "con alegría", como un reflejo de su personalidad, porque "era alguien que siempre vestía con colores alegres, que vivía con alegría", y con ese espíritu quiere que sea despedida por la ciudad donde nació.
Para ella, ha dicho, era muy importante despedirse de sus vecinos, sobre todo de la calle Betis, donde nació en su número 3, y actualmente tenía una casa todavía en la avenida República Argentina, en el límite entre ese barrio y el de Los Remedios.
María Jiménez Gallego, nació el 3 de febrero de 1950 en el barrio sevillano de Triana. Criada en un ambiente muy humilde, con 15 años se marchó a Barcelona, donde se subió por primera vez a un escenario en el tablao flamenco Villa Rosa, donde entró a preguntar por su propietario, a quien conquistó improvisando una actuación que la hizo fija en sus carteles, cobrando 200 pesetas diarias, todo un lujo en 1965.
Allí estuvo dos años, y volvió a Sevilla para cantar en el tablao Los Gallos, y posteriormente marchó a Madrid, donde trabajó como cantante y bailaora en el tablao Las Brujas.
Fue en esta etapa cuando el popular periodista y gran aficionado al flamenco, Emilio Romero, director del diario Pueblo, la bautizó como La Pipa, título homónimo de su primer disco en 1975.
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