El espacio El elogio oportuno, en la Librería habanera Fayad Jamís, homenajeará el jueves próximo al poeta, cineasta y periodista cubano Víctor Casaus, en ocasión de su cumpleaños 80 (10 de marzo de 1944).
![]() Víctor Casaus.
© Juan Miguel Morales
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PL - En el encuentro, conducido por el periodista y crítico Fernando Rodríguez, los asistentes se aproximarán a la obra de Víctor Casaus, este importante documentalista, autor de más de 15 títulos, entre ellos, De la vida y la vivienda (1975), Con Maiacovski en Moscú (1976), Gracias a la vida (1976), y Vamos a caminar por Casa (1980).
Su firma aparece también en los largometrajes de ficción Como la vida misma (1985) y Bajo presión (1990), unido a un extenso catálogo literario que abarca poemas, testimonios, cuentos, obras para niños, ensayos, y traducciones y antologías.
Es esta una oportunidad para quienes admiran la literatura de Casaus, pues allí podrán adquirir sus libros publicados por Ediciones La Memoria, sello del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, institución fundada y dirigida por él.
Víctor Casaus ostenta el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro por la obra de la vida, la Medalla Alejo Carpentier, la Distinción por la Cultura Nacional y la Orden Juan Marinello, entre muchos otros.
La institución abrirá sus puertas desde las 15:00, hora local, al homenaje y también a la música, pues participará el trovador Silvio Alejandro Rodríguez, indica la nota del Instituto Cubano del Libro.
Auspiciado por la Librería Fayad Jamís y las Secciones de Cultura y de Ciencias Sociales de la Sociedad Económica de Amigos del País, El elogio oportuno se propone homenajear a escritores, libros, hechos históricos e instituciones que arriben a aniversario cerrado.
Debe su nombre al aforismo martiano «el elogio oportuno fomenta el mérito; y la falta del elogio oportuno lo desanima», que aparece en las páginas del periódico Patria, en abril de 1892.
El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero, autor de A cántaros, murió a los 78 años en Madrid tras una larga enfermedad; su obra unió canción, poesía y compromiso político durante más de medio siglo.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.
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