La Baula, el nuevo grupo de música de raíz catalana, presenta su primer disco, Cançons a l’ombra (Canciones a la sombra). Con esta propuesta, la banda recupera trece canciones tradicionales poco conocidas, recopiladas de diversas fuentes sonoras y bibliográficas, y las dota de nuevos arreglos para acercarlas al gran público.
El álbum, producido por Arnau Burdó, recorre una selección de piezas extraídas de cancioneros históricos como Les cançons de Mataró, Cansons y Follíes populars (inédites) recollides al peu de Montserrat, el Cançoner de l’Empordà y el Fons Joan Tomàs i Parera, entre otros. También se incluyen temas procedentes de grabaciones personales, como las realizadas por Pau Benítez de la cantante Magda Capdevila i Marzo.
El disco arranca con La llàntia de Felip Quint, una leyenda apocalíptica vinculada a Montserrat y tradicionalmente asociada al Rey Moro, que se relaciona con la figura de Felipe V, un monarca no demasiado querido por los catalanes. La Baula recupera esta historia y la reinterpreta con una visión renovada.
Le sigue La presa de Roses, rescatada del álbum Balls, cançons i tonades de l’Alt Empordà de los Ministrils de l’Alt Empordà. En esta versión, el grupo introduce una melodía evocadora de la sardana y cuenta con la colaboración del músico Martí Villegas al fiscorno.
El álbum se enriquece con piezas de temáticas contrastantes. La veu del cor y El cornut, ambas extraídas de Les cançons de Mataró, presentan relatos completamente opuestos: una historia romántica y otra de carácter humorístico sobre la infidelidad. Mientras tanto, La flor blava, con la voz de Xavi Rota, ofrece una habanera de río aprendida de una grabación de Magda Capdevila, cuyo contenido trágico resuena con fuerza en la interpretación del grupo.
Otra pieza destacada es Naixeu damunt la gebra, con letra de Jacint Verdaguer y música de Lluís Romeu, donde las voces de Patri Garcia y Roser Serrano imprimen una gran intensidad. A partir de aquí, el álbum avanza con El fill del rei, una pieza recopilada por Lluís Albert a partir de los recuerdos de su madre y su tía, Caterina Albert (Víctor Català). En esta versión, la voz de Patri Garcia se funde con la sutileza instrumental de Roger Andorrà y Roser Serrano, mientras Jordi Inglès "Bero" aporta un matiz singular con las castañuelas ibicencas.
La Baula también rescata el humor dentro del cancionero tradicional con Contrapàs de broma, un tema recopilado por Joan Tomàs hace más de un siglo y transmitido al grupo por su nieta, Liliana Tomàs. La pieza, una de las más desenfadadas del álbum, resalta el carácter lúdico de la música popular.
Otra de los cortes destacables del disco es Diu que hi ha una noia empordanesa, una fusión de sardana y composición propia que cuenta nuevamente con la colaboración de Martí Villegas al fiscorno.
El único tema completamente original del álbum, Amunt i crits, es un homenaje de Roger Andorrà a Jordi Fàbregas, un tributo emotivo a quien fuera director e impulsor del CAT y el festival Tradicionàrius.
En la recta final del álbum, Mariagneta introduce una rumba con una trágica historia de amor, mientras que La mort de Pare Jordi recupera una pieza recopilada por Pau Bertran i Bros que podría figurar en cualquier relato de True Crime.
Con Cançons a l’ombra, La Baula no solo rescata canciones que habían caído en el olvido, sino que las reinterpreta con frescura y emoción. A través de una cuidadosa investigación en fuentes bibliográficas y grabaciones de campo, el grupo demuestra que la música tradicional puede seguir viva y evolucionando sin perder su esencia.
La Baula —palabra catalana que significa eslabón— está integrado por Roger Andorrà (clarinete, gralla, tarota, percusión y voz), Pau Benítez (flabiol, acordeón, percusión y voz), Patri Garcia (voz, percusión y shruti box), Xavier Rota (voz, guitarra y percusión), Roser Serrano (tenora, violín, percusión y voz) y Joan Tomàs (contrabajo y voz).
La ciudad de Barcelona rinde tributo al cantautor Luis Eduardo Aute con una pieza artística instalada en la plaza Rovira i Trias del barrio de Gràcia, lugar donde el artista pasó parte de su infancia y al que dedicó una canción en 2010.
La cantautora colombiana presenta un nuevo trabajo grabado en vivo en un patio de San Telmo, como homenaje íntimo a la ciudad de Buenos Aires, donde interpretó cinco canciones en formato acústico junto a un trío de músicos.
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