El trovador catalán Ramon Sauló llegó al BarnaSants batiendo el récord de asistencia de la sala Harlem Jazz Club dentro de esta edición. Aunque Sauló no busca grandes gestas, sino medirse entre las pequeñas cosas.
Ramon Sauló canta y compone canciones sencillas, frágiles, que parece que se vayan a desvanecer como el agua que se cuela entre los dedos si uno pretende agarrarla. En la música de Sauló no hay más pretensiones que las de llegar directamente al corazón, sin intermediarios ni peajes. Vía libre.
Que nadie busque en Ramon Sauló una técnica guitarrística virtuosa ni un trabajo armónico depurado. No lo precisa. Es más, en la sencillez es donde Sauló consigue esta extraña conexión sináptica que emociona y casi hipnotiza al oyente.
En Sauló no se advierte estrés por vender, ni ambición por triunfar, ni miedo al fracaso. Sólo pretende divertirse y emocionar haciendo y cantando canciones. Si lo consigue, bueno. Si no a otra cosa. Es seguramente esta actitud la que hace que él se lo pase bien en el escenario y transmita y contagie esta actitud a la platea.
Es cierto que a veces serratea e incluso joanisaaquea, pero es, de un lado mimetismo con el maestro y con el compañero de generación, y de otro, la facilidad en conectar con el público en las cosas pequeñas y en la capacidad de narrar nuestras propias vidas y experiencias.
Acompañado por Pep Travé a la guitarra, este domingo Ramon Sauló desgranó una a una las canciones de su CD Som així (Somos así) más alguna inédita y demostró que, a veces, en las pequeñas cosas están las grandes gestas.
La casa discográfica Bis Music celebró el Día de la Cultura Cubana con la presentación oficial de Álbum blanco para Silvio Rodríguez, un disco colectivo que reúne once canciones escritas por el cantautor en su juventud, interpretadas por artistas de Cuba, América Latina y España. La producción recupera piezas poco conocidas y propone nuevas lecturas sobre su universo poético y musical.
Casi cuatro décadas después de su estreno en Ámsterdam, la cantata Dialecto de Pájaros del compositor Patricio Wang revive en Chile con una versión revisada por su autor. Una obra mística y vanguardista que regresa para cerrar un ciclo pendiente en la historia musical de Quilapayún y Patricio Wang.

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