La cantante carioca Nana Caymmi, hija del legendario Dorival Caymmi y figura emblemática de la música popular brasileña, murió este martes a los 84 años tras varios meses de complicaciones de salud. Su carrera, profundamente ligada a la samba y al bolero, dejó una huella imborrable en el panorama musical del país.
Nana Caymmi murió en la mañana del martes 28 de mayo en la Casa de Saúde São José, en la zona sur de Río de Janeiro, tras una larga internación de nueve meses a causa de una arritmia y diversas complicaciones derivadas, según confirmó su hermano, el flautista Danilo Caymmi. "Pasó por un proceso muy doloroso, con varias derivaciones", explicó.
Nacida en Río en 1941, Nana Caymmi formó parte de una extraordinaria dinastía musical. Su debut discográfico se produjo en 1960, cuando grabó junto a su padre Acalanto, la canción de cuna que él le compuso al nacer. Esa pieza, que trascendió su uso original, se convirtió en una constante a lo largo de su carrera. En 1964, participó junto a sus hermanos Dori (guitarrista, cantante y arreglista) y Danilo en el álbum colectivo Caymmi visita Tom e leva seus filhos, una grabación histórica que reunió a la familia con Antônio Carlos Jobim y que gozó de una notable repercusión tanto en Brasil como en el exterior.
La voz de Nana Caymmi se consolidó a partir de entonces como una de las más personales de la música brasileña. Su estilo, alejado de las tensiones estéticas de la vanguardia, se caracterizó por una interpretación melódica sobria y emocionalmente intensa. A lo largo de su trayectoria grabó 31 álbumes de estudio y dejó una profunda huella en el repertorio de la música popular brasileña, especialmente en la interpretación de boleros y sambas melancólicos.
En la década de 1970, su figura se hizo habitual en los medios brasileños, tanto en recitales como en bandas sonoras de telenovelas y en su propio programa televisivo. Su repertorio se movió con naturalidad entre compositores contemporáneos y clásicos de la canción latinoamericana, sin descuidar nunca una cierta atmósfera introspectiva que marcó toda su discografía.
Nana Caymmi fue también protagonista de algunos episodios destacados en su vida personal. En 1967 se casó con Gilberto Gil, a quien acompañó durante parte de su exilio. Más adelante residió durante un tiempo en Venezuela, junto a su segundo esposo, el médico Gilberto Aponte. En la década de 1990 retomó su actividad en escenarios internacionales, participando en espectáculos como Románticos, en el Teatro Ópera de Buenos Aires, donde compartió escenario con Armando Manzanero, Soledad Bravo y Valeria Lynch. Su interpretación de piezas como Contigo en la distancia o Insensatez fue especialmente celebrada en aquella ocasión.
Aunque nunca alcanzó la misma proyección internacional que otras grandes voces de su generación, como Elis Regina o Gal Costa, Nana Caymmi fue una figura permanente del panorama musical brasileño y una artista de culto en muchos países de América Latina. Su repertorio, siempre arraigado en una interpretación elegante y de gran sobriedad expresiva, fue acompañado por algunos de los mejores músicos y arreglistas del país.
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