El periodista, escritor y gestor cultural argentino Oche Califa recorre en su nuevo libro Toda la piel de América, medio centenar de canciones que han definido identidades, imaginarios y luchas en la música popular de Argentina y América Latina.
La música popular ha sido uno de los vehículos más potentes para la construcción de las identidades políticas y culturales en América Latina. En su nuevo libro, Toda la piel de América. Historia e identidades en la canción latinoamericana, el escritor y periodista argentino Oche Califa traza un recorrido por 50 canciones fundamentales del tango, el folclore y el rock que han dado voz a las mujeres, a las culturas originarias, a los referentes populares y a la autoafirmación latinoamericana.
Desde los primeros compases del siglo XX, la cultura de masas en Argentina comenzó a formarse al calor de nuevos soportes como la prensa, el teatro, el libro y, en particular, la música. Con la irrupción del tocadiscos con motor eléctrico hacia 1925, la música se volvió una presencia constante en la vida urbana y rural, transformando no solo los hábitos cotidianos, sino también la manera de narrarse como pueblo. A partir de ese contexto, Toda la piel de América propone un análisis sobre cómo la canción popular se volvió parte sustancial de la memoria colectiva.
Califa organiza su ensayo alrededor de tres grandes géneros: el tango, el folclore y el rock argentino. El tango, que tuvo su ciclo dorado hasta los años cincuenta, aparece aquí como el reflejo de una ciudad heterogénea, en la que convivían los márgenes, el delito y los anhelos íntimos. El folclore, con su apogeo hasta los setenta, se presenta como depositario de una cultura ancestral y auténtica, ligada a lo telúrico y lo comunitario. El rock, surgido con fuerza en las décadas posteriores, se convierte en el canal de expresión de las juventudes con sensibilidad política, mirada crítica y espíritu contestatario.
Cuatro grandes ejes temáticos articulan el enfoque del autor: la visibilización de las mujeres en la canción, la presencia de los pueblos originarios, la revisión crítica de la historia argentina y la construcción de un sentimiento latinoamericano compartido. Estos elementos permiten a Califa abordar un amplio repertorio que va desde figuras como Mercedes Sosa, Homero Manzi, Carlos Gardel y Atahualpa Yupanqui, hasta artistas como Violeta Parra, María Elena Walsh y León Gieco. Todos ellos aparecen como parte de una misma constelación creativa, donde música y poesía se entrelazan para reflejar los anhelos, dolores y utopías de los pueblos.
Además de contextualizar las canciones y autores, el libro pone énfasis en la canción como forma de resistencia frente al olvido. Como plantea el autor, estas composiciones no sólo definen una identidad nacional o regional, sino que funcionan como herramientas para recuperar memorias largamente silenciadas. En ese sentido, Toda la piel de América es también una apuesta por mantener viva la transmisión de saberes y sensibilidades a través del arte.
Oche Califa (Chivilcoy, 1955) es una voz reconocida en el ámbito cultural argentino. Su trayectoria abarca la escritura, el periodismo y la gestión editorial. Fue colaborador de medios como Humor, Humi, Clarín y La Nación, y ha publicado más de veinte libros destinados al público infantil y juvenil, además de obras de ensayo y divulgación sobre el tango, la cultura gauchesca y la música popular. En su faceta como editor, dirigió la editorial Colihue y fue director institucional de la Fundación El Libro, desde donde condujo durante años la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Toda la piel de América se suma a otros trabajos recientes del autor, como Canto rebelde (2021) o El mundo por delante (2024), escrito junto con Calica Ferrer. Esta nueva publicación continúa la línea de investigación cultural que ha caracterizado su obra, combinando rigurosidad historiográfica, sensibilidad poética y un profundo compromiso con la cultura latinoamericana.
La ciudad de Barcelona rinde tributo al cantautor Luis Eduardo Aute con una pieza artística instalada en la plaza Rovira i Trias del barrio de Gràcia, lugar donde el artista pasó parte de su infancia y al que dedicó una canción en 2010.
La cantautora colombiana presenta un nuevo trabajo grabado en vivo en un patio de San Telmo, como homenaje íntimo a la ciudad de Buenos Aires, donde interpretó cinco canciones en formato acústico junto a un trío de músicos.
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