Sino fuera por trovadores como Daniel Viglietti, ni este diario digital, ni festivales como el BarnaSants tendrían el más mínimo sentido. Viglietti vino el pasado viernes a recordárnoslo.
![]() Daniel Viglietti acompañándose por un cuatro venezolano.
© Xavier Pintanel
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Daniel Viglietti se mostró a la altura de su leyenda. Un concierto sobrio y elegante, sin grandes excesos, con las emociones medidas. Un Viglietti como siempre, socarrón, vocalmente pulido e instrumentalmente impecable, yupanquiano, apoyando la guitarra sobre la pierna izquierda como los clásicos.
Empezó y terminó con dos temas con música de Jorge Salerno, Antojo y La llamarada —ambos extraídos de libro Milongas de un gaucho pobre de Julián García—y dejó lugar para los clásicos Gurisito, Milonga de andar lejos, Anaclara, El Chueco Maciel y la inevitable A desalambrar.
Tuvo lugar también para el recuerdo y homenaje a los clásicos: Alfredo Zitarrosa, Atahualpa Yupanqui y Violeta Parra de quien cantó El diablo en el paraíso, intercalando entre estrofa y estrofa pequeños e ingeniosos poemas que recitaba Mario Benedetti en A dos Voces: “Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo”.
Espacio también para la poesía con Rafael Alberti —unas sentidas Coplas de Juan Panadero— y Circe Maia con Otra voz canta.
Hacia el final del concierto se acompañó con una batería en Las agujas de un reloj, en la cual intercaló algunos versos del poema de Oliverio Girondo Se miran, se presienten; y en una notable versión de Mucho, poquito y nada.
Avanzó dos temas, por cierto muy inspirados, de su próximo disco Canciones Humanas: Ojaleando y Tiza y bastón donde pudimos ver a un Viglietti inédito acompañándose por un cuatro venezolano, apoyado evidentemente en la pierna izquierda.
Grandes ovaciones y la constatación que los viejos cantautores nunca mueren.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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