Ayer se cumplían 25 años del mítico concierto que Lluís Llach dio en el Camp Nou. El 6 de julio de 1985 las gradas del estadio se llenaron con 103.000 personas que convirtieron ese concierto en uno de los más multitudinarios en la historia de la trova. Joan Carles Doval, uno de los artífices de ese concierto, nos cuenta algunas anécdotas de ese día.
Todos éramos más jóvenes, yo hacía poco que había abierto las puertas de Picap, Lluís Llach tenía contrato con Ariola, aunque Lluís y yo nos conocíamos de hacía tiempo, por los conciertos que habíamos organizado en Sabadell, por mi paso por la radio, etc.
Joan Molas, manager de Lluís me llamó un buen día explicándome el proyecto del Camp del Barça y me pidió que me implicara asumiendo la responsabilidad de la promoción, publicidad y relaciones públicas del concierto y la verdad es que, aunque estaba en los inicios de mi propia empresa y por tanto con mucho trabajo, la propuesta me ilusionó y acepté.
Para conmemorar este vigésimo quinto aniversario contaré algunas anécdotas, de aquellas que no se olvidan...
El concejal del Ayuntamiento de Barcelona Enric Truñó nos habilitó un despacho en el Palacio de Pedralbes para trabajar con el equipo de colaboradores que formé. Despacho amplio y cómodo, en realidad era un lujo trabajar en aquellas condiciones. Pero un buen día tuvimos una buena sorpresa y es que se presentó la policía municipal acompañada por perros, revisando las instalaciones y se sorprendieron los policías al vernos a nosotros y nosotros un buen susto con toda la policía. El caso es que entonces visitaba Barcelona el presidente de México, el Sr. De la Madrid, y mientras el concejal Truñó nos colocó en Pedralbes, también políticamente habían tomado la decisión de ofrecer ese Palacio al presidente mexicano durante su estancia en Barcelona. Naturalmente, tuvimos que cambiar de despacho por algunos días.
Otra anécdota que recuerdo es que íbamos de promoción con mi coche, era un Renault 5 sin aire acondicionado y hacía un calor considerable, aunque llevábamos las ventanas abiertas, Lluís insistía que ese coche era muy caluroso... pero hasta pasado el concierto del Camp Nou no me di cuenta que tenía una avería y que llevábamos la calefacción prendida al máximo, y es que era tanta la concentración con el trabajo, que el coche no importaba.
Tampoco he olvidado cuando en la tarde del día del concierto, Miquel Sallarés, que era nuestro jefe de seguridad, y yo fuimos a buscar Lluís a su casa. En esa época vivía en el Paso de la Enseñanza, detrás de la Ayuntamiento, y justo antes de salir le telefoneó el Presidente Pujol que no se atrevía a venir, pero que le dijo "tú puedes decir todo lo que yo quisiera decir y no puedo". La salida de casa de Lluís para ir al Camp Nou también tuvo anécdota, pues la Tata, la famosa y querida "tata" de Lluís no quería de ninguna manera ir con otro coche que no fuera el de Lluís y Miguel Sallarés tuvo que realizar algunos cambios en los coches para que la Tata fuera junto a Lluís hasta el estadio.
En los últimos minutos antes de empezar el recital, Lluís pidió quedarse solo en el camarín, y yo me quedé en la puerta por si necesitaba algo y me pareció muy hermoso el hecho de que salió dos veces para pedirme que buscara a dos personas, a las que quería ver y abrazar antes de salir al escenario, una era su padre (hacía poco tiempo que había muerto la madre, a la que le había dedicado el último disco Maremar) y la otra era a su pareja.
Fueron momentos emocionantes, aunque me llevó mucho trabajo poder localizar en el estadio al Sr. Llach y a la pareja de Lluís.
Por último, explicaré que durante las semanas de preparación del concierto, a menudo salía el tema que el mismo día Maria del Mar Bonet cantaba en la Plaça del Rei y que si llenábamos el estadio, Maria del Mar podría tener problemas de público y más de uno estaba dispuesto a sugerir a Maria del Mar que suspendiera su concierto. Por suerte nadie lo hizo, y a Maria del Mar con su carácter ni le pasó por la cabeza y el resultado fue que aquella noche se llenó el estadio y también la Plaça del Rei, de donde salió Maria del Mar al terminar su concierto, acompañada por la policía municipal y con todas las sirenas para que llegara a tiempo al Camp Nou para interpretar conjuntamente con Marina Rossell y Lluís un emocionado Cant de l’enyor.
Al acabar el concierto y ante Lluís Llach, el director de su compañía de discos —que también lo era de Maria del Mar—, el inefable José María Cámara dijo "Ha llenado Maria del Mar y también Lluís, debe ser que la gente está muy excitada...". El director de Ariola no había entendido nada, y creo que todavía hoy no lo ha entendido... cosas de multinacionales.
Después de 50 años, sale a la luz la grabación de la actuación de Mercedes Sosa en el Town Hall de Manhattan, un testimonio único de su arte y compromiso y de la fuerza artística y política de La Negra. El disco aparece solo unas semanas después del lanzamiento de otro disco póstumo e imprescindible: En Vivo en el Gran Rex 2006.
Nano Stern y Luis Emilio Briceño presentan en Europa, En septiembre canta el gallo —ganador del festival In-Edit Chile—, un documental sobre la Nueva Canción Chilena, desde sus inicios hasta el golpe de estado de Pinochet; todo ello narrado a través de las voces de sus protagonistas y de imágenes, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Esto será hoy 2 de noviembre en el marco del festival In-Edit de Barcelona.
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