Comentamos estos días que empiezan los festivales de otoño en Cataluña. Barcelona, capitaliza mucha de nuestra atención, pero no podemos olvidar otros eventos como el Temporada Alta – Festival de Tardor de Catalunya, que tiene lugar en Girona y Salt (cerca de la frontera noreste española con Francia). Es un festival ecléctico que programa teatro, danza y música de octubre a diciembre, donde podemos encontrar nombres consagrados a nivel internacional o artistas emergentes catalanes. Y uno de los primeros artistas consagrados del panorama internacional en aterrizar en Girona fue Oumou Sangaré, la que es considerada la diva de la música de Malí, que actuó el pasado sábado 16 de octubre.
Oumou Sangaré es uno de los grandes nombres de la música africana del momento. Cantautora, defensora de los derechos de la mujer y voz de su generación, la cantante maliense es más que una intérprete: es una mujer que expresa con valentía y convicción sus ideas en una sociedad en la que no es fácil dada su condición femenina. Ejerce de verdadero modelo social para la nueva mujer maliense, y africana, que lucha por romper con un destino marcado y con una estructura, la poligamia, que tuvo que sufrir ella en su adolescencia. Desde los años noventa, y gracias al impulso de la discográfica británica World Music Records, Sangaré ha editado varios álbumes y propagado su mensaje por medio mundo; llevando a cabo también diferentes proyectos sociales en su país natal.
Aunque nació en Bamako, la capital de Malí, las raíces de Sangaré yacen en Wassoulou, una región del sur del río Níger muy rica y activa culturalmente, en el corazón del oeste africano, y que ha desarrollado un estilo musical propio: la música wassoulou”. Ella es uno de los mejores ejemplos de estas cantantes de voz apasionada y contundente que cantan a favor de los derechos de las mujeres. Sus canciones, sus mensajes, son en bambara, una de las lenguas más extendidas de esta región africana. Este detalle podría ser un inconveniente para sus conciertos fuera de África, pero para mi sorpresa no lo fue en el concierto de Salt-Girona del pasado sábado.
Entre el 80% y el 90% de público del concierto era africano, y un porcentaje muy alto hablaba y entendía el bambara; un hecho que nunca había visto en las salas de concierto de Cataluña, y sólo comparable con los eventos y conciertos criollos de París. La explicación a este fenómeno es compleja pero vale la pena entenderla, ya que es un fenómeno de integración sociocultural muy interesante. El concierto se enmarcaba también dentro del ciclo “Els altres catalans” (los otros catalanes), de la sala de conciertos La Mirona, que desde hace años a través de su proyecto de Casa de la Música Popular ayuda a integrar con la música las diferentes comunidades de Girona (un proyecto que es también una red de Casas de la Música Popular). En colaboración con la comunidad africana de la zona, conjuntamente se decidió el artista que querían invitar y celebrar, de paso, los cincuenta años de la independencia de Malí. ¡Y el resultado fue una auténtica fiesta africana! La sala se dividió: delante del escenario los hombres no perdían de vista los movimientos de Sangaré y su banda; detrás suyo las mujeres que se habían vestido con sus mejores galas y bailaban al ritmo de la música; los niños corrían por todo el recinto; y la minoría blanca catalana se repartía entre los más animados, bailando entre el resto de público, y una mayoría que contemplábamos el espectáculo y la fiesta colectiva que se encendía delante nuestro.
Mientras tanto, en el escenario, Oumou Sangaré avivaba el fuego colectivo animando al público a responder sus cantos y haciendo subir al escenario a algunos bailadores improvisados que bailaban danzas wassoulou: “doucement” (dulcemente) les decía la diva maliense… La banda que la acompañaba estaba formada por una flauta travesera tocada con mucho gusto y con estilo aflamencado, un kamalen n’goni que con sus líneas melódicas hipnóticas en forma de ‘obstinato’ daban forma y sentido a una base rítmica formada por djembé, batería, bajo y guitarra eléctrica. Dos coristas, que también deleitaron al público con sus espectaculares bailes, completaban el conjunto. Y no puedo pasar por alto la magnífica técnica de lanzar el fle, un idiófono hecho con una calabaza hueca, partida por la mitad y con unos huesos atados alrededor que sonaban al entrechocar.
Era el marco perfecto para la voz apasionada y brillante de Oumou Sangaré. La voz de la mujer africana.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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