La discográfica PICAP acaba de reeditar en CD los tres primeros vinilos del trovador uruguayo Quintín Cabrera (1944-2009), Yo nací en Montevideo (1975), ¿De qué se ríe? (1976) y Como mi Uruguay no había (1978).
En 1975, Quintín Cabrera grabó su primer LP: Yo nací en Montevideo (Edigsa-Le Chant du Monde, 1975), disco de carácter eminentemente autobiográfico en dos sentidos: Por una parte, por la presentación que nos hace de su tierra y de su gente en canciones como Yo nací en Montevideo, Vidalita del desierto, Mi padre, el compañero, o Ferran –dedicada a uno de sus hijos.
Por otra parte, en aquel disco Quintín incorporó canciones basadas en textos de poetas y cantores uruguayos a los que admiraba, como Carlos María Gutiérrez, Aníbal Sampayo —de quien interpreta, magistralmente, la canción Qué vida— y Marcos Velásquez, con dos temas: No puedo hablar y Juan, canción especialmente bella y solidaria dedicada a un obrero, “creador del planeta y de su pan”.
En aquel primer disco, además, Quintín incorporó la canción Solament, escrita en catalán, lengua que, en su afán desmedido de integración activa, aprendió a hablar a los seis meses de su llegada a Barcelona.
Su segundo LP, publicado en 1976, se tituló ¿De qué se ríe? (Edigsa-Le Chant du Monde), obra que Quintín presentaba, en la carpeta del disco, con estas sinceras y entrañables palabras:
“Este segundo disco de Edigsa llega en un momento de transición, no solamente en la vida política del país, sino en mi pequeña historia particular. Son muchos los años que llevo fuera de Uruguay, y a pesar de que mis raíces son claramente uruguayas, mi vida diaria no lo es en absoluto."
“Estos años he compartido todos los problemas comunes a todos los emigrantes: he sentido nostalgia, he trabajado en mil oficios (allá donde no lo querían hacer los aborígenes), he aprendido una nueva lengua, hice nuevos amigos, nueva familia, aprendí nuevos paisajes y nuevas tierras, e incluso tengo ‘problemas generacionales’: Ferran, mi hijo mayor (cinco años), me recrimina que no cante más canciones en catalán."
“He vivido en carne propia, no obstante, cosas tan hermosas como la solidaridad de clase, el internacionalismo. En realidad, este desarraigo que llevo a cuestas, compartido con cientos de miles de emigrantes, se compensa con el sentimiento solidario con todos los pueblos del mundo. Ello se refleja en las canciones; son sentimientos vivos."
“Me he sentido ‘entre los míos’ cantando no sólo en Cataluña, mi actual país, sino en toda la geografía peninsular y en Suiza, Alemania, Francia, Holanda, Italia..., y la gente me aceptó como a uno más ‘de los nuestros’, que es lo bueno”.
En aquel segundo disco, Quintín se sintió acompañado de un numeroso y espléndido equipo de músicos; entre ellos, Aureli Vila, Jep Nuix, Nicanor Sanz, Ramón Aragai, Jaume Francesc, Joan Oliver, Joan A. Bou, Eladio Rodríguez, Aureli Vila, Ernest Xancó, Rafael Escoté, “Max” Suñer, Jordi Vilaprinyó o Jordi Martí.
Entre las canciones que integraron el álbum, cabe destacar dos con textos de Mario Benedetti, musicalizados por él —Te quiero y Seré curioso, más conocida como De qué se ríe—; la canción Nadie se atreva a contarle, compuesta sobre un poema de Cástor; Vaqui q’un ser (Aquí una nit) —de Claude Martí, traducida del occitano al catalán—; No esconda la mano, de Víctor Lima, y cuatro canciones propias: El Sr. Daymán Cabrera —dedicada a su hijo—, Por el mundo, Canto de amor por Ciudad Ho Chi Minh —con música de Viçent Mayol— y En las noches de sueño.
Quintín, en 1978, completó lo que podríamos llamar su trilogía discográfica con Edigsa-Le Chant du Monde, a través de la edición de un nuevo LP titulado Como mi Uruguay no había.
En aquella tercera grabación incluyó canciones propias y canciones basadas o inspiradas en poetas amigos, a los que Quintín quiere y admira.
En concreto, nos ofreció seis canciones basadas en textos de poetas y compositores como Marcos Velásquez, o Eduardo Nogareda; y cinco canciones propias: Las bestias —que nació a partir de la matanza de abogados laboralistas que se produjo, en 1977, en la calle Atocha, de Madrid—, Pero che!... Mateo, A ras del suelo —dedicada a Luis Pastor—, Que sí, que no y Uruguayos campeones —canción llena de palabras, de frases y de personajes con connotaciones claramente evocadoras de esa patria uruguaya, tan próxima y tan lejana a la vez.
(Las reseñas de los discos están tomadas del artículo de Fernando G. Lucini Quintín Cabrera.)
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