El cantautor cubano Pablo Milanés supo imponer hoy el ritmo caribeño y el sentimiento a una fría noche de otoño en Santiago de Chile que el trovador se encargó de avivar.
EFE - Acompañado de seis excepcionales músicos, Pablo Milanés arrancó con Plegaria, Si ella me faltara alguna vez y Otoño, tres temas con los que inundó de sentimientos y melancolía todos los rincones del teatro Caupolicán de Santiago de Chile, donde actuó.
Pero bastó escuchar la siguiente composición para no olvidar que se estaba ante un cantante y un grupo de músicos cubanos de sangre caliente y caribeña.
Hay, fue la canción que casi hace saltar de los asientos a los presentes; ya que en ella apareció el contagioso y cadencioso ritmo cubano.
Las baquetas del baterista se encargaron de sacar brillo y ritmo a cuatro timbales, una caja, y un tam-tam, mientras otro percusionista hacia temblar la estantería del teatro con sus tres tumbadoras y cuatro bongós de distintos tamaños.
Milanés mantuvo el ritmo arriba con De que callada manera, sus músicos se adornaban con algunos pasos de baile y poco a poco fueron atizando la fría noche otoñal.
El son cubano y la canción de protesta, que se hizo famosa en las décadas de los sesenta y setenta, no los olvidó Milanés, que volvió a la carga con Ya se va aquella edad y Días de Gloria.
Más tarde, recordó aquellas canciones que se hicieron tan famosas en estas tierras australes como Años, Yolanda y Todavía cantamos, todas coreadas por ese público incondicional que le sigue a todas partes.
Pero Milanés, nuevamente volvió a calentar los ánimos y, junto a su banda, interpretó Amo esta isla, una canción con la que durante quince minutos hizo cantar y moverse al público.
Cinco minutos de aplausos les obligaron a volver al escenario y arrancar esta vez con Paloma ausente, de la chilena Violeta Parra.
El público emocionado, aplaudía y gritaba: "Viva Pablo", "viva Violeta".
De vuelta a bambalinas, el cantautor cubano otra vez se vio obligado a regresar y esta vez con la canción Yo no te pido.
Milanés, que se ha caracterizado por mantener una posición de crítica pública a los errores que, a su juicio, se han cometido en la conducción de la revolución cubana, sin dejar de defender por ello la revolución, finalizó su ultimo bis con la emblemática canción dedicada a Chile tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973: Yo pisaré las calles nuevamente.
"Yo pisaré las calles nuevamente/ de lo que fue Santiago ensangrentada/ y en una hermosa plaza liberada/me detendré a llorar por los ausentes...", canción que fue coreada prácticamente por todo el público, que finalmente de pie aplaudió al músico cubano por varios minutos.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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