Se llama Aviso de vida y el trovador cubano lo presentó durante el Festival BarnaSants.
En la calle, una amiga me anunció lo bonito que iba a ser el concierto: “Yhosvany Palma viene con todas su banda” dijo. Mi incredulidad y mi duda fue directamente proporcional a la emoción de mi amiga. No me gustan los trovadores con banda. En mi modesta opinión diré que solo en algunos casos los músicos aportan una parte importante al trabajo del artista, pero curiosamente eso sucede casi siempre con los grandes, esos que se pueden permitir el lujo de tener a los mejores y además hacer una producción y una presentación profesional y exquisita, en fin, una minoría.
El que esto escribe lo hace siempre bajo su criterio personal que lógicamente es absolutamente subjetivo. Ni hablo ex-cátedra como el Papa de Roma ni mucho menos pretendo tener la razón, es simplemente una opinión y hay que darle el valor de lo que es. Digo esto porque estoy convencido de que si alguno de los que me lee estuvo ahí puede ser que disienta abiertamente de mi opinión pero yo estoy aquí para opinar por mí, no por los demás.
Como dice mi amiga y excelente trovadora Cuni Massa en una de sus canciones: hay tantas verdades como pupilas y cada uno tiene las suyas. Así pues a mí no me gustó su apuesta musical con el grupo y como decía anteriormente rara vez la aportación de músicos en este tipo de canción le dan un valor añadido. En este caso en mi opinión, tampoco.
Cada músico que se añade le quita más y más trova a la propia canción, diluye la letra hasta hacerla inentendible y en muchos casos le quita mucha de esa intimidad y proximidad y se convierte así en un concierto de “otra cosa”. No sé si el reparto de sonido fue el correcto o si la sala reunía las condiciones acústicas necesarias pero sé que las canciones quedaron un poco a expensas de los instrumentos en lugar de que éstos estuvieran al servicio de la voz.
Sólo las incorporaciones de Carlos Lage y de Karel García nos recordaron que estábamos en un concierto de trova en algunos momentos.
![]() Karel García, Yhosvany Palma y Carlos Lage; los tres discípulos aventajados de Vicente Feliú.
© Xavier Pintanel
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Me pasa muy a menudo que llevado por la emoción de un concierto recién terminado adquiero el CD correspondiente a ese concierto esperando revivir las emociones y disfrutar una y otra vez de eso que tanto me ha gustado, como si fuera una especie de repetición de lo ya vivido. La decepción llega cuando pongo el CD en el reproductor y me doy cuenta que lo que tengo en casa no me recuerda casi nada al concierto. Así pues la mayoría de las veces resulta decepcionante.
Pues bien, en este caso es justamente al revés. Ese Aviso de Vida me resulta mucho más atractivo en CD que el propio concierto y por suerte mejora en mucho a su actuación en vivo. Ahora falta madurar este material de este cubano afincado en Galicia desde hace algunos años y degustar esa docenita de buenas canciones.
Yhosvany compone bien, tiene letras excelentes y canciones de esas que no dejan indiferente. Yo le conozco desde hace años y le he visto en actuaciones muy buenas en las que ha dejado claras muestras de su calidad. De sus trabajos anteriores por ejemplo podría citar: Hijos de la fortuna, En la llovizna (que también interpretó en su concierto) o Nieve de Madrid, que me parece una joya.
Tengo en mi poder uno de los CD de Yhosvany Palma. Está dedicado y de su puño y letra puede leerse: “La libertad es irse”. La frase, de una simplicidad inquietante me ha dado motivos de reflexión. Ahora “Irse” es la canción con la que el trovador finaliza su último trabajo, y dice así:
La libertad es irse
Imaginando espacios
Y sin contar los pasos
Encomendarse al sol
La libertad es quedarse
Encaneciendo tiempo
Amar y deshojarse
Quizás una canción.
La libertad es irse
Desde ninguna parte
Hacia ningún lugar
Sencillamente andar.
Yhosvany es cubano y me pregunto sin hallar respuesta si siendo francés, español o austríaco la frase tendría para él la misma validez o no. Dejo la incógnita abierta mientras decido si me voy, me quedo o simplemente ando.
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