Poder conocer y recorrer el “cancionero” de un creador —poeta/músico/cantor— como Pablo Guerrero —nacido en Extremadura— es tener una “tri-oportunidad” verdaderamente gozosa e importante.
Supone, en primer lugar, poder encontrarse a través de sus “poemas/canciones” con una crónica cantada de los acontecimientos, de los sentimientos y de los latidos de un pueblo y de una generación que amaba y buscaba la “libertad”, y que luchó apasionadamente para poder disfrutarla. Crónica de los silencios rotos que Pablo escribe y canta a partir de 1969, y en la que podemos encontrarnos con tres etapas bien definidas:
• Una primera etapa, de carácter claramente “rural” en la que Pablo fotografía, con palabras y acordes, la vida del campesinado, de la gente de su pueblo extremeño, y, de su propia infancia y adolescencia creciendo entre “amapolas y espigas”. (Etapa reflejada en sus cuatro primeros singles y en algunas de sus canciones grabadas en el Teatro Olympia, de París).
• Una segunda etapa, de integración ciudadana —concretamente en Madrid— y de reivindicación y proclamación de los Derechos Humanos y de la convivencia democrática, frente, y contra, la dictadura franquista. Etapa, que en el caso de Pablo Guerrero, está preñada de una gran esperanza y de una indiscutible calidad poética. “Tiene que llover a cántaros”...
• Y una tercera etapa, ya con la libertad acariciada y con la democracia en construcción, en la que el cantor extremeño le canta descaradamente, y sin límites, a la vida, al amor, a la pasión, a la capacidad de soñar, a la solidaridad... y a los poetas, en particular, los poetas de su Extremadura.
Otra de las oportunidades que nos brinda el “cancionero” de Pablo Guerrero es poder disfrutar de una poesía y de un canto populares de enorme belleza y sensibilidad. La palabra de Pablo es bella; cuajada de personajes y de metáforas que contagian fuerza, alegría y ganas de vivir; es palabra-vuelo, palabra-alma, palabra que sabe acariciar, que le habla al corazón, palabra confidente y amiga.
Por último poder conocer y recorrer el “cancionero” de Pablo Guerrero es tener la oportunidad de calar hondo en la “entraña” de un ser humano extraordinariamente bueno y bello. Pablo posee la bondad y la belleza de la sencillez, de la honestidad, de la solidaridad y de la generosidad; motivo por el que es respetado y querido de forma intergeneracional, o mejor, plurigeneracional, o mejor aún: multigeneracional... Personas como Pablo son las que resultan imprescindibles en nuestra “canción de autor” y en eso que ahora llamamos —porque es necesaria, urgente e imprescindible— una “democracia real”.
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
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