La cantante de Cabo Verde Cesária Évora, conocida como la «reina de la morna» o la «diva de los pies desnudos», ha muerto hoy a los 70 años de edad en un hospital caboverdiano. La cantante se había retirado de los escenarios en septiembre por motivos de salud.
La cantante caboverdiana Cesaria Évora, conocida como "la diva de los pies descalzos", murió este sábado en un hospital de la isla San Vicente, al norte del archipiélago de Cabo Verde, a los 70 años de edad, producto de una insuficiencia respiratoria.
Cesária Évora se había retirado de los escenarios en septiembre por motivos de salud y desde París, en donde se encontraba, decidió volver a su país para pasar allí "sus últimos días", ha indicado la emisora francesa France Info, citando a su agente y al Ministerio de Cultura de Cabo Verde.
El último comunicado de su casa de discos, Lusafrica, fue publicado en septiembre, y en él se destaca que los médicos que la seguían en la capital gala le "ordenaron" anular su próxima gira de conciertos y ella, de acuerdo con su productor y manager, José da Silva, decidió poner fin a su carrera,
"Sus nuevos problemas de salud siguen a varias intervenciones quirúrgicas que sufrió durante los últimos años, entre ellas una operación a corazón abierto, en mayo de 2010", se agregaba en esa nota, en la que se recalcaba que con esa decisión renunciaba a "una vida itinerante" que la había llevado por todo el planeta.
Nacida en la isla de San Vicente (Cabo Verde) un 27 de agosto de 1941, Cesária Évora era hija de un músico y de una cocinera. Su padre tocaba la guitarra y el violín pero falleció cuando la joven tenía apenas siete años de edad. La joven quedó entonces bajo responsabilidad de su abuela, y fue criada y educada por monjas en un orfanato.
Comenzó a cantar a los 16 años en bares y fiestas y así comienza a construir una pequeña fama local con sus canciones tristes sobre el amor, la pobreza y el mar, en especial bajo la forma musical más tradicional de Cabo Verde, la "morna".
Sin mayores aspiraciones, Évora pasó diez largos años sumergida en la soledad y en una lucha constante con el alcohol, hasta que en 1985 recibió una llamada telefónica que cambió su vida.
Era el músico caboverdiano José da Silva, quien le proponía hacer unos conciertos en Portugal. Da Silva se convertiría en el mentor de la carrera internacional de Évora y también su productor.
Évora publicó en 1988 su primer álbum, La diva de los pies desnudos, pero no fue hasta 1992 cuando con Miss Perfumado asombró al mundo y comenzó a viajar con la morna, considerada el blues caboverdiano y que según su casa de discos sabe transmitir la melancolía de su país.
La artista había sido distinguida en 2009 con la insignia de caballero de la Orden de la Legión de Honor de Francia después de más de 45 años de carrera musical, en la que se incluyen 14 álbumes que paseó por los escenarios más prestigiosos.
Su apelativo de "diva de los pies desnudos", el título de su primer disco, se lo ganó a pulso apareciendo sin calzado en sus actuaciones, en homenaje a los más desfavorecidos, y las letras de sus canciones a menudo se habían dirigido también a esas personas.
"La vida sigue, hice lo mejor que podía, tuve una carrera que muchos querrían tener", afirmó en la entrevista de despedida, que concedió al diario francés Le Monde.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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