El cantautor catalán Roger Mas cierra el 2011 desvelando sus raíces musicales en su ciudad natal, Solsona (interior de Cataluña). Acompañado de la cobla catalana más heterodoxa, ofreció un triple concierto que se editará discográficamente en marzo.
![]() Roger Mas y la Cobla Sant Jordi en Solsona.
© Txell Mas
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Para quienes lo desconozcan, la cobla es una formación instrumental típicamente catalana dedicada a la interpretación de la típicamente catalana sardana. Ésta es un patrón musical y de danza que en el paso de los siglos XIX al XX se convirtió en baile nacional de Cataluña, gracias al empeño de la burguesía nacionalista de la época y a la adhesión de las clases populares. Pero la cobla, compuesta habitualmente por diez vientos, un tamboril y un contrabajo, no tiene porqué limitarse a las sardanas. Eso demostró de nuevo la atrevida Cobla Sant Jordi, esta vez en alianza con el cantautor Roger Mas.
Son más de quince años de escenarios, siete discos premiadísimos y elogios por doquier. Pero esta joven figura de la canción catalana se resiste a bajar la guardia y volvió a superarse con este original, impecable y delicioso directo. Los organizadores, que habían previsto dos sesiones (28 y 30 de diciembre), se vieron obligados a sumar una nueva fecha (29) para responder al éxito de la convocatoria.
Fue todo muy simbólico. Escogió su cuna geográfica, Solsona, para rendir pleitesía a sus mamas musicales. El concierto fue dedicado principalmente al repaso de algunos de sus referentes, como la canción europea (L’Aigle Noir, Amore che vieni, amore che vai o La bien pagá) o la música popular, con la catalana El Testament d’Amèlia (en la versión sardana de Joan Lamote de Grignon) o la vasca Haika, Mutil. Las composiciones propias se colaron puntualmente en el extenso repertorio (L’home i l’elefant, Si tu m’ho dius…, Trist com el sol, Oda a Francesc Pujols o la nueva Emboscat).
Además de la cobla, Roger Mas convocó a Josep Pinyu (batería), a Arcadi Marcet (contrabajo) y al maestro Xavier Guitó (piano). Éste firmó unos excelentes arreglos musicales con los cuales el cantautor rememoró su formación clásica, exaltó la épica de la cobla e incluso remitió a la sonoridad del “ball d’envelat” (sesiones populares de baile dominical y festivo en la Cataluña del siglo XX).
Pero el grueso simbólico del show lo ocuparon los guiños patrióticos. Ataviado a lo Jacint Verdaguer (alpargatas catalanas y traje), el artista ofreció su musicalización de unos versos del poeta (Caminant) y de otros de Maria Mercè Marçal (Si el mar tingués baranes). En un arreglo aparentemente imposible del prodigioso maestro Guitó, la Cobla interpretó al mismo tiempo los himnos Muixeranga d’Algemesí (València), La balanguera (Mallorca), el Ball de l’Àliga de la Patum de Berga (Cataluña), y Aquelas montanhas (Valle de Arán). Momento apoteósico también lo propició El dolor de la bellesa, pionera colaboración de Roger Mas y la Cobla Sant Jordi en el último disco de aquél (A la casa d’enlloc, Satélite K, 2010). La conmoción del auditorio fue tal que llegaron a arrancarle hasta cuatro bises. Uno de ellos fue la sardana Santa Espina, siempre exaltadora de fervores nacionalistas. ¡Para no salir vitoreando “Visca Catalunya!”…
Con el permiso del público, también repitió Michela, dedicada a su mujer, que aparentemente no había conseguido bordar en ninguno de los dos conciertos anteriores. El cansancio de tres sesiones seguidas se entrevió en algún momento del concierto y especialmente al final, donde su cálida y grave voz perdió un poco el equilibrio. También pugnó contra los nervios de la grabación en directo con un Stanislavski! Concentration!, inteligente e irónico guiño al director ruso y su influyente método escénico.
Traiciones emocionales aparte, Roger Mas ofreció una brillante auto-disección, y para ello escogió a unos acompañantes de lujo. El disco resultante, que se presentará en marzo en el Auditori de Barcelona, seguro que formará parte de la discografía catalana imprescindible.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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