La cantautora chilena Camila Moreno, habla sin pelos en la lengua compartiendo un te en Barcelona donde todo le va viento en popa. El sello Petit Indie que en su momento ya llevó de gira por Europa a Pascuala Ilabaca, le está ayudando a hacer este importante paso. Tranquila y segura, nos habla del presente, el pasado y el futuro. De Piñera, de la trascendencia de sus actos y del arte de cantar, tocar y componer.
Camila Moreno
© Juan Miguel Morales
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¿Qué tal la gira por Europa? ¿Es la primera vez que actúas en el viejo continente desde que te dedicas profesionalmente a la música?
Sí, y la verdad es que me está yendo muy bien! Quiero salir al mundo con mi música y por ser la primera vez que actúo, estoy muy contenta. Antes había venido a visitar amigos y en 2004 estuve estudiando danza ocho meses en Londres. Luego viajé sola con mi guitarra. Vine a España, estuve en Islandia…También me fui a trabajar un mes en la vendimia a Francia. Pero entonces tenía 19 años y no me dedicaba todavía a la música profesionalmente. Estaba muy metida en danza y en el teatro.
En Chile eres muy popular pero aquí pocos te conocen ¿Cuál es tu sensación al pasear por las calles de Barcelona?
Es muy aliviante porque en Chile he tenido una carrera muy explosiva. El primer año ya me nominaron al Grammy, conocí a músicos como Charly García, Enrique Iglesias, Juan Gabriel…Salí mucho en televisión, me pedían fotos en la calle…Empecé a tener ese problema psicológico de tratar de seguir como soy y no empezar a contarme cuentos con la fama. En cambio aquí puedo coquetear por la calle con alguien sin pensar que coquetea porque me conoce!
¿Cuál es tu sensación al tener que presentarte en cada concierto?
Pues me gusta. No me cuesta. La verdad es que hace tiempo perdí el miedo de estar en un escenario y comunicarme con gente que no conozco. Es más desafiante porque el público es nuevo y la presentación son mis canciones. Pero me gusta. Intento causar una incomodidad en el auditorio, un impacto, generar alguna emoción al espectador. La indiferencia es lo peor. Mi gran miedo es que pongan mi música en un supermercado. Me interesa generar imágenes y paisajes como lo hace el poeta chileno Vicente Huidobro.
CONVIVIENDO CON LA INDUSTRIA MUSICAL
Falta poco para que se termine esta gira europea ¿Qué vas a hacer cuando vuelvas en Chile? ¿Cuál será el ritmo de Camila Moreno en 2012?
Voy estar a full con mi nuevo disco que hago con Christian Heyne que me apasiona y tendré conciertos en vivo, los más importantes el Rockódromo y el Lollapalooza. Me encantó saber que tocaría en el mismo festival que Björk porque ella es mi gran referente desde pequeña!
Así que estás centrada en el que será tu tercer disco ¿Vas a sacarlo con el mismo sello discográfico?
No lo sé todavía. La verdad es que estoy un poco achatá de los sellos en Chile. No quiero proyectar mi música en mi país. Estoy aburrida de la gente. En Chile no se entiende que el músico está trabajando, que es una pasión. Esta actitud me tiene un poco cansada. Encima se apuesta poco. Como la industria murió, los sellos en realidad no son nada. Definitivamente, todo lo que uno haga es más independiente y más fructífero. Así que tengo que ver si me desvinculo de mi sello o no.
¿Podrás seguir si dejas un sello tan importante como es Oveja Negra en un país donde casi no existe la industria musical y la distribución?
Una cosa es vincularse con un sello y otra que el sello sea tu distribuidor y tu tengas tu sello propio. Eso es lo que estoy mirando. No sé si va a ser con el nuevo disco o con el siguiente, pero necesito hacer mi proyecto porque hoy día el sello sólo me sirve de distribuidor.
¿Puedes vivir como músico de la venta de discos?
Me llegan oleadas de dinero cada semestre por las ventas de discos, pero todos los músicos vivimos de tocar en vivo. En 2011 debo haber hecho casi 200 conciertos. La verdad es que no tengo dificultad en actuar en ninguna sala, incluso he repetido.
¿Cómo consigues los conciertos?
Generalmente me llaman. No soy muy de buscar. Lo que sí hago es encargarme de la prensa, la radio, del Facebook…Es una de las cosas que los managers hacen mal. Hay que estar encima para que funcionen, no puedo realmente delegar. Y es complicado porque no tengo tanta energía ni soy muy ordenada. Necesito trabajar con un equipo.
Hablas de prensa, pero ¿realmente hay periodismo musical en Chile?
Para mí sólo hay dos periodistas con quienes puedes tener una conversación interesante: David Ponce de Emol.com y Jordi Berenguer d’El Ciudadano.cl.
La prensa es floja, los managers y las agencias de prensa no trabajan bien… ¿Cómo se vive eso?
Se vive con dolor y dificultad porque uno quiere que las cosas funcionen y no tener que romperse el lomo cada vez que hay un concierto.
¿Y cómo encaras tu futuro como músico frente a esto? ¿Cómo te ves con 30-35 años?
Fuera de Chile. Lamentablemente. O con alguna persona que no lo haga mal, que haga su rol. ¿Por qué es tan difícil? Los chilenos se enredan, les falta inteligencia práctica. No aceptan que les critiquen su rol.
Eres una de los pocos músicos chilenos que tiene videoclips. Los primeros los hiciste con tu padre que trabaja en la televisión ¿Te han criticado por haber tenido esa facilidad?
No lo sé, pero para mí tenía mucha coherencia hacer mi primer videoclip con mi padre porque teníamos onda. Con él inventé Millones e invitamos a mucha gente que participara poniendo la palabra en un lugar que cobrara sentido. También se implicó mucho su esposa, muy reconocida en el video arte, en contar historias propias a través de una cámara de Super 8.
¿LA VOZ DEL PUEBLO?
Desde fuera eres el enfant terrible de Chile ¿Te consideras una cantante reivindicativa?
No sé si lo soy. Creo que mi crítica tiene que ver con los valores que hoy día se propician en la sociedad que son el control, el poder, la competencia, el querer más, el consumo, el producir... Si me piden tocar para el movimiento estudiantil lo hago porque tiene fuerza e inteligencia, porque ha logrado cosas fuertes, planteamientos que antes no se tenían. Pero como decía Víctor Jara “el tiempo dirá si soy artista. Yo soy obrero de la música”. En algún momento me han llamado como “La voz del pueblo” por Millones o De la Tierra, pero creo que es mucha responsabilidad. No me considero un referente, todavía soy una niña tonta que está haciendo música, un ser humano como todos, que también me tiro pedos. Antes de crear, soy persona, algo que se entiende poco porque al artista se le ve como un objeto: me bajo del escenario y se me tiran encima ¿y qué pasa si estoy con la menstruación y tengo ganas de irme a casa?
Tampoco te consideras reivindicativa después de dedicar Millones en pleno Festival de Olmué “a todas aquellas personas que creen que pueden comprarlo todo con el dinero, incluso un país” en el canal de televisión del presidente Piñera?
Para mí se trataba de una frase muy simple y políticamente correcta. Todo el mundo debería estar de acuerdo con ella. La pifiamos, pero irónicamente un año después, René de Calle 13 vio el video y dijo: “A esta chica hay que invitarla porque está diciendo cosas”. Y ya me ves cantando en el Festival de Viña Latinoamérica con Calle 13! Son cosas que me importan más. Me importa una raja que me vuelvan a invitar al Festival de Olmué. Que conste que la frase iba para Piñera, pero también para Frei, Lagos…Ellos vendieron los ríos, el cobre...No era una frase dirigida a una sola persona. Piñera es un estúpido que no sé ni siquiera si la entendió, pero también iba para los ex presidentes y las grandes familias que dominan Chile y el mundo.
¿Pero realmente después se te han cerrado las puertas en Chile?
Siento que no, pero sé que por parte de la gente que me contrata hay un temor por lo que pueda decir. Por ejemplo, el otro día fui a tocar en un mall en Concepción y molesté. Dije que si se producía otro terremoto esperaba que no les pasara nada a las casas de la gente, sólo a los malls. El dueño del mall me pidió una disculpa pública, pero no la pienso hacer.
¿Crees que con tu voz puedes estar cambiando las cosas en tu país?
No. No quiero sentirme presionada por ser la voz del pueblo, para hacer una canción de protesta. La reivindicación es algo que puede verse desde afuera pero desde dentro yo lo vivo de otra forma. Hago las canciones porque las necesito hacer. No compuse Millones porque quería ser la voz de alguien o reivindicar algo. La hice por una necesidad vital interna, por la rabia que tenía. Las canciones que hago vienen de una emoción, de una necesidad de decir cosas.
¿O sea que cuando compusiste De la Tierra no era una reivindicación hacia los mapuches?
No, es una canción que hice mirando a la cordillera delante de la comisaría donde estaban tratando injustamente a mi profesora de medicina natural, que es mapuche y algunos familiares y amigos a quienes habían detenido en una manifestación no autorizada. Nos estábamos manifestando en la Alameda para criticar la muerte de dos mapuches impunemente. Llegó la policía y los “huanacos” empezaron a tirar agua a mi profesora que estaba haciendo una ceremonia de fuerza con el kultrún, el tambor mapuche. Luego se llevaron a mucha gente presa. Hablamos con ellos y nos dijeron que estaban tirando bombas lacrimógenas dentro de la comisaría, que no les daban agua ni comida. La canción nació desde la angustia, tratando de decirle a la tierra como podía canalizar esta sensación de impotencia.
¿Crees que a ti y a otros jóvenes como Chinoy, Manuel García, Nano Stern o Pascuala Ilabaca os están catapultando como si fuerais un movimiento?
Sí, se está dando. Dijeron que éramos la “Nueva Nueva Canción Chilena”. Es cierto que hay una empatía entre nosotros pero yo también soy amiga de Francisca Valenzuela y me gusta la música de Javiera Mena y la de Astro. Nos encierran en un mismo saco cuando cada uno tiene su peculiaridad, su propio lenguaje. Estamos juntos, somos colegas, pero hay una complejidad en cada artista que los medios reducen. No somos un movimiento.
¿Y qué opinas de la "Antigua Nueva Canción Chilena"?
Respeto y admiro a Quilapayún, Inti-Illimani, al Canto Nuevo, pero en realidad nunca los escuché mucho, no fue mi onda musical. Ahora no quiero cantar El pueblo unido. No creo en la repetición sino en la transformación. Las cosas tienen que morir y cambiar. Por eso no me gusta hacer covers si no destruir, crear de nuevo y faltarle al respeto a los formatos.
EL PRÓXIMO DISCO
Has comentado que tu tercer disco no tendrá nada que ver con el último, que este será “un disco de verdad” ¿Cómo valoras entonces Almismotiempo y Opmeitomsimla? El nombre de este último, por cierto, un auténtico quebradero de cabeza para cualquier responsable de marketing!
Es que me gusta hacer eso! Para mi Opmeitomsimla no es un segundo disco sino la cara oscura de mi primer disco Almismotiempo. Es la cara más rockera, con banda, la plasmación del proceso que estaba viviendo con esta formación, grabado al mismo tiempo, sin pistas. En cambio grabé el primer disco casi sola. Por eso se trata del mismo nombre pero al revés. Con la banda (Los disfruto) estuve 2 años reversionando canciones pero rompí con ellos porque quería buscar un sonido con el que me sintiera realmente satisfecha. Ahora estoy grabando en plena naturaleza. La batería es de estudio, pero el resto está grabado en el exterior. Será un disco oscuro, personal e íntimo porque después de la vorágine me perdí y necesité parar. Decidí irme a componer en una cabaña en Tierra de Fuego. En la mitad de la nada, en un lugar que se llama Lago Deseado. Por eso en todas las canciones expreso que estoy sola y que quiero encontrar algo que me mueva nuevamente. Se llamará Panal, una metáfora de este espacio interior más maduro, más mujer.
¿Has conseguido entonces superar la etapa de ser títere de un sello? Realmente parece como si el segundo disco fuera una descarga hacia algo que no te gustaba.
Sí, porque cuando llegué al Sello Azul era pajarito nuevo y me querían cambiar mi identidad: sacarme donde ellos querían, ponerme el pelo así, cortar las cejas, teñirme, ponerme una rasta fucsia, vestirme de otra forma…Lo superé individualizando el trabajo. No podía soltar el trabajo a gente que no conocía y con quien no tenía empatía! Viví un momento muy crítico. Me salieron canas al experimentar la depresión y el estrés.
CAMILA: COMPOSITORA, CANTANTE E INSTRUMENTISTA
Si analizamos tus canciones es muy interesante ver como creas una base musical, a veces basada en el folklore, sobre la que te liberas dándolo todo. Cuéntame cómo es un día de Camila componiendo.
No tengo hora ni lugar específico pero me gusta mucho la noche para componer. Soy muy nocturna y me encanta estar aislada en la naturaleza, sola. Lo necesito. Me gusta mucho la solitud como dice la Björk, no la soledad, que es distinto. Componiendo me gusta llegar a un estado de trance que es el mismo que busco alcanzar cuando estoy en el escenario. Un estado distinto de consciencia, un estar meditando. Generalmente parto tocando una nota, me engancho a esta sonoridad y balbuceo palabras encima. Así sale un vocabulario que va cogiendo sentido. Siento una sensación, no una idea. Me siento muy bien así, también corporalmente, pues siento un relajo. Ahora estoy con el arpa. Me gusta tocar dos o tres cuerdas y empezar a cantar encima. Muchas veces abro el libro de Huidobro y leo palabras sueltas y me agarro de imágenes porque me producen sensaciones. No creo que mis letras sean algo que cabe entender. Puedes interpretar lo que quieras porque parten de imágenes.
También trabajas sobre un universo sonoro, no unos acordes específicos.
Exacto. Como la Björk, encima de esa vibración que también hacia Violeta Parra con el tambor mapuche. Björk lo hace de una forma mucha más elaborada. Parte de un acorde y va cambiando pequeñas notas. Para mí ella es como una compositora de música clásica que podría igualar a Debussy en términos harmónicos. Estudiando música moderna se me abrió la mente a la música impresionista. Construir la melodía solamente moviendo una nota, ir tejiendo así la harmonía, fue algo nuevo para mí.
Millones tiene un inicio espectacular ¿Te basaste en la cueca?
Pues no, fue una casualidad! También me pasó con Antes que y Canción de cuna. En 2008 compuse Antes que y luego viajé a la isla de Chiloé y se la mostré a un amigo folklorista, a Claudio Miranda. Me dijo que era una pericona, un ritmo típico chilote! “La única diferencia es que tú lo acentúas en distinto lugar, pero si lo acentuaras distinto, lo sería”. Y aluciné porque no tenía ni todavía tengo idea de las estructuras reales del folklore. Siempre me baso en la sensación que me da. Hice un contrapunto simplemente porque no me calzaba la letra! Me pasó lo mismo con Canción de Cuna, mi primera canción que compuse y que dediqué a una de mis hermanas cuando tenía 17 años. Se la toqué a Gerardo Figueroa y me dijo que parecía folklórica porque cambiaba de compás y de métrica, algo muy propio en el folklore.
Esta es otra característica musical tuya: los acentos dan originalidad y dinámicas distintas a tus canciones.
Sí, acentúo “donde no se debe”. Me puse a leer y descubrí que en Chile es típico hacerlo así en el folklore! de ahí las semejanzas. Es algo que me gusta porque es como una falta de respeto hacia el lenguaje, a los formatos, a las cosas que están estructuradas como hacía Cortázar cuando inventaba palabras nuevas o metía haches donde no había.
Hablamos ahora de tu voz. A nivel de tesitura tienes un ámbito muy ancho, mucha potencia ¿Con qué técnica cantas?
A nivel técnico, utilizo dos formas. Una me la enseñó una cantante lírica. Ella fue quien me abrió al mundo del canto porque me explicó qué era la voz de cabeza. La otra técnica la aprendí la primera vez que vine a Europa en 2004, cuando me fui a trabajar en la vendimia en un pequeño pueblo de Francia. Un día llegó un grupo ruso que mezclaba música electrónica bailable con cantos folklóricos de su país. Cantaba una mujer que fumaba y fumaba, que parecía loca pero que era muy lúcida. A mí me fascinó y me acerqué a ella. Al final nos hizo clases a un grupo en una iglesia del pueblo y me enseñó la técnica de resonar.
Y finalmente comentarte que creo que siempre te acompañas siempre de instrumentos de cuerda.
Sí, soy de cuerdas porque tienen que ver con el agua, con las emociones. Me gustan los cordófonos porque no sé tocarlos y así puedo experimentar la torpeza con la finalidad de conseguir canciones rudas, crudas y espontáneas! También intento hacer con ellos acordes de trance. Creo que los técnicos de sonido me odian porque toco el piano pésimo, no tengo técnica del charango ni de guitarra y menos de cuatro. Además tampoco se tocar el arpa, pero me gusta componer con ellos! Ahora me cansa tocar la guitarra porque ya conseguí dominarla un poco.
Después de 50 años, sale a la luz la grabación de la actuación de Mercedes Sosa en el Town Hall de Manhattan, un testimonio único de su arte y compromiso y de la fuerza artística y política de La Negra. El disco aparece solo unas semanas después del lanzamiento de otro disco póstumo e imprescindible: En Vivo en el Gran Rex 2006.
Nano Stern y Luis Emilio Briceño presentan en Europa, En septiembre canta el gallo —ganador del festival In-Edit Chile—, un documental sobre la Nueva Canción Chilena, desde sus inicios hasta el golpe de estado de Pinochet; todo ello narrado a través de las voces de sus protagonistas y de imágenes, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Esto será hoy 2 de noviembre en el marco del festival In-Edit de Barcelona.
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