Segundo año consecutivo de este espacio de colaboración abierto en el Festival BarnaSants para el Centro Pablo de la Torriente Brau y, en definitiva, para la Trova cubana más joven.
Ayer se celebró de la Casa América de Catalunya el concierto reservado para los nuevos trovadores y trovadoras cubanas de la mano del programa "A guitarra limpia" del Centro Pablo de la Torriente Brau.
En esta ocasión se presentaban Yaíma Orozco y Diego Gutiérrez dos de los mejores representantes de Santa Clara, capital de la provincia de Villa Clara en el interior de Cuba.
Previo al acto Víctor Casaus, director y fundador del Centro, presentó dos novedades. En primer lugar el libro "Memorias a guitarra limpia" que es una recopilación de fotos, textos de canciones, trabajos periodísticos y fichas biográficas de los trovadores que han pasado por el espacio que el Centro tiene en la calle Muralla de la Habana Vieja.
En segundo lugar el doble CD "Te doy una canción" testimonio del homenaje que le brindaron 42 trovadores cubanos de todas las épocas a Silvio Rodríguez en su 60 cumpleaños.
![]() Víctor Casaus en la presentación del Libro "Memorias a guitarra limpia" y del CD "Te doy una canción"
© Xavier Pintanel
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La novísima trova santaclareña
Seguramente los padres de Yaíma Orozco y Diego Gutiérrez todavía no habían nacido cuando el Che descarriló el tren blindado en Santa Clara. Aun así parece ser que la sombra del Che sigue velando por la creatividad en esta ciudad del centro de Cuba. Y digo esto porque ni el propio Víctor Casaus acertaba a explicarse cómo en una pequeña ciudad de 200.000 habitantes habían aparecido al menos nueve trovadores emergentes de los que Yaíma y Diego son apenas la punta del iceberg.
Parece ser además que "poseen un gran sentido de la unidad y es probable —quizás hasta seguro— que existan diferencias sustanciales, pero no se echan a ver cuando trabajan en grupo" dice María Fernanda Ferrer al referirse a los jóvenes santaclareños. Y efectivamente esto se nota en la facilidad con la que unos se acompañan a los otros, sin apenas ensayos, de un modo natural, como si llevaran haciéndolo toda la vida.
![]() Yaíma Orozco
© Xavier Pintanel
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Yaíma Orozco es, entre otras muchas cosas, muy joven. Tiene una voz extremadamente sensual y bien modulada. Afina a la perfección. Y sonríe. Canta y sonríe. Frente a una gran mayoría de trovadores que creen que sonreír le quita trascendencia a la canción, reivindico la sonrisa como catalizador de la emoción.
Diego Gutiérrez, también joven pero no tanto como Yaíma, no tiene las características vocales de su compañera, pero lo suple con una notable inspiración y sensibilidad en sus composiciones.
Ambos utilizan un lenguaje directo, sencillo pero no falto de ideas complejas. Musicalmente con un estilo muy propio pero sin rehuír los ritmos tradicionales cubanos e incluso reivindicando a la vieja trova.
Cada vez tengo más por cierta la leyenda de Juan Pandero —esa que explica el porqué hay tantos trovadores en Cuba— y empiezo a creer que debería tener varias vidas para llegar a conocer a fondo tal cantera de talento.
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".
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