Ayer se presentó en el Festival BarnaSants José Alejandro Delgado, una grata sorpresa y un perfecto embajador de la trova que está emergiendo en Venezuela.
![]() José Alejandro Delgado interpreta a cappella «Juan León» en el Harlem Jazz Club.
© Xavier Pintanel
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Si al Festival BarnaSants le cabe alguna crítica, ésta sería la frecuencia con la que se producen las auto-contraprogramaciones, es decir, la concurrencia en una misma fecha y hora de dos o más conciertos tremendamente interesantes.
Sin ir más lejos esto ocurrió ayer por la tarde. A las 19:00 en el Auditori Barradas de l'Hospitalet actuaba la camerunense Kareyce Fotso y, a la misma hora y a doce estaciones de metro más allá, en el Harlem Jazz Club de Barcelona, el venezolano José Alejandro Delgado.
Cuentan los que acudieron a la llamada de Kareyce Fotso que asistieron a un concierto extraordinario donde su voz, acompañada tan solo de su guitarra y de un par de instrumentos de su tierra que ella mismo tocaba, se convertían en la primera gran sorpresa del Festival.
La envidia sana que sentimos los que optamos por la opción venezolana se vio compensada por el espectáculo que nos ofreció José Alejandro Delgado.
No voy a entrar en las valoraciones sobre el gobierno del Presidente Chávez. Todos sabemos que las opiniones en Venezuela está muy polarizadas y yo tengo amigos en ambos bandos que no tengo la más mínima intención de perder.
Pero si hay algo poco cuestionable —al menos si juzgamos los resultados— es la política cultural del gobierno venezolano que ha permitido en pocos años, entre otras cosas, la irrupción de gran cantidad de talentos entre la gente joven. Otra cosa es que la política de asuntos exteriores no haya estado al mismo nivel y que todo este talento se haya comprimido como un gas dentro del país y ahora pugne por buscar nuevos aires donde exponer su trabajo.
Este es el caso de José Alejandro Delgado que visita Europa por primera vez en solitario con una propuesta muy venezolana pero, al mismo tiempo, tremendamente universal.
Delgado nos advirtió que esto iba en serio desde la primera canción, un excelente tema basado en un poema de Ramón Palomares titulado Juan León cantado a cappella, que es pura fuerza tanto en su letra, como en su música, como en la forma de decirlo del trovador venezolano; al que se le notó también su formación como actor.
Siguió con Aquí y ahora, Traigo rosas y La ventana, los tres primeros temas de su segundo disco Canciones y poemas (2008); a los que le siguieron varios temas de su último disco A pedal y bomba (2010), Aquí te esperamos, Viene la barca, Se empina la botella, Cómo te lo digo, A pedal y bomba —que da nombre al disco— y Puede ser en el sur; a los que intercaló un tema inédito, Hazte de esta canción; finalizando con Divorcio balanceado y un homenaje a la tradición venezolana con El gavilán trabalenguas de Pío Alvarado.
El trovador venezolano se paseó sin complejos por diversos géneros y ritmos musicales —una balada a 5 por 8, por ejemplo— y acreditó un gran dominio del escenario, de los tempos del espectáculo y de la capacidad de interactuar con el público.
José Alejandro Delgado, representante en su país de Canto de Todos —ese maravilloso invento de Vicente Feliú— manifestó su interés en ejercer como punta de lanza en Europa para otros trovadores venezolanos jóvenes y aseguró no actuar en nombre propio sino en representación de su país y de esa nueva generación de excelentes músicos.
Si Kareyce Fotso ha sido la primera gran sorpresa de esta edición del Festival BarnaSants, José Alejandro Delgado —su concierto empezó cinco minutos después— ha sido la segunda.
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
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