La catalana Lidia V y la argentina Cuni Massa son suficientemente conocidas y re-conocidas en el entorno barcelonés y las dos tienen un merecido respeto por el público que las sigue. No es extraño pues, que por fin, el Festival BarnaSants quisiera incorporarlas dentro de su programación.
No es muy novedoso que dos artistas compartan concierto. Muchas veces se hace por motivos claramente comerciales, otros para sumar público (que viene a ser lo mismo) o cualquier otra razón. También debo decir que según mi criterio personal la fórmula no funciona casi nunca. No importa si hablamos de artistas reconocidos o no, esos duetos me parecen forzados y rarísima vez ofrecen un valor añadido a los conciertos individuales.
Esta vez no fue una excepción pero, a pesar de todo, pasaron cosas interesantes que merece la pena destacar. Y es que Lidia V y Cuni Massa fueron sumamente respetuosas la una con la otra y por este mismo motivo hicieron esfuerzos para no dejar abierta la puerta de la improvisación y prepararon su concierto con el debido respeto a sus trabajos mutuos.
Así pues Lidia V, que normalmente defiende sus canciones con buena voz y guitarra, tuvo como gran aliada el ritmo del teclado y la voz de Cuni Massa, con lo que algunas de sus canciones tomaron otro aire bastante interesante, como sucedió con la bonita Córdoba o Miedo. En solitario se defendió con Mínima conexión y Persiguiendo mi sombra. No hay duda que la catalana es una buena cantautora. Sus temas son muy típicas de “canción de autor”, sociales, urbanas o de sentimientos íntimos y ella las defiende bien con su guitarra, de un modo serio y sin excesos.
Quizás no se apreciaron tanto las mejoras en las canciones de Cuni Massa, pero aun así algunas sonaron francamente bien, como la hermosa Luna, la interesante Pupilas o Parpadea, que contó con la colaboración de David Romero en percusiones y que fue una de las poquitas que la argentina defendió con guitarra.
Cuni aporta muchísimo ritmo con su teclado, todo en ella tiene sonoridad, tanto si se trata de una canción rockera como si es de aire intimista. Sabe emocionar en casi todo lo que hace. Así pues es capaz de subirte a los cielos con Alegría para el alma y después hacerte derramar lágrimas en Zamba de cerca o lejos si tienes las hormonas un poquito flojas. A solas cantó El robo de los besos con Joan Berenguer en el teclado y De todos modos, ambas sumamente interesantes.
Cantaron dos canciones ajenas: Hermana Duda de Jorge Drexler con la que abrieron el recital y el tango Garganta con arena, que imagino que fue una concesión cariñosa de Lidia con su compañera de recital.
La sala presentaba una buena afluencia de público y si hay algo que no salió como debería fue el sonido. La ausencia de un técnico hizo que algunas canciones no sonaran del mejor modo. Personalmente me parece que en un festival como BarnaSants estas cosas no deberían pasar porque finalmente todos salimos perjudicados, tanto los de arriba como los de abajo del escenario.
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