Ayer por la noche en la sala Oriol Martorell del Auditori de Barcelona volaron banderas occitanas en una explosión y conexión entre Occitania y Cataluña. El aniversario del Festival Tradicionàrius tuvo ayer uno de sus puntos culminantes en el concierto del histórico grupo occitano Nadau; un evento en colaboración con el Festival BarnaSants y su ciclo de música occitana de esta semana. ¡Cómo nos gusta que estos dos festivales colaboren!
Un joven Michel Maffrand, líder y alma de Nadau.
© Xavier Pintanel
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«Volem au pais». Bajo este lema a finales de los sesenta e inicios de los setenta nacía un movimiento juvenil y cultural en Occitania, al sur de Francia y extremo noroeste catalán (Val d'Aran), para recuperar y restaurar una lengua y una cultura en peligro de extinción. Para situarse, sírvanse de un artículo de Cancioneros sobre culturas minorizadas de los Pirineos donde hablamos de la cultura occitana.
En este contexto, en 1973 en la ciudad de Tarbes, se da el encuentro entre Michel Maffrand, Jacques Roth y Ninon Paloumet: nace Nadau. Y desde su primer disco (Monsur le regent, 1975) la canción de este grupo occitano reivindicativa (y también amorosa) cautiva a un público enzarzado en las luchas vitícolas y obreras de los años setenta. Un público que se identifica en esta canción comprometida en su lengua nativa, el occitano. Canciones como La venta a las enchèras (1976) y L'immortela (1978) rápidamente se convierten en canciones faro y verdaderos himnos occitanos. Años más tarde, conseguían llenar el Zénith de Pau (4.500 personas en 1993, 6.000 personas en 1996 y 11.000 personas en 2002) y hacer lo mismo en el Olympia de Paris.
Y ayer en Barcelona, después muchos años, volvieron a la ciudad condal para deleitar al público catalán con su repertorio lleno de música tradicional occitana donde no faltaron clásicos como L'immortela o Florença e Joan. Sonaba el acordeón diatónico de Michel Maffrand como si tuviera veinte años. ¡Tendrían que haber visto como bailaban el matrimonio Maffrand el vals-jota Morlana como dos jóvenes de sesenta años! Y el color y timbre tradicional de las cornamusas y oboes populares occitanos que tocaba el músico y luthier Pierre Rouch. El público acabó de pie aplaudiendo, cantando y haciendo volar banderas occitanas. La velada tuvo un final emocionante con toda la sala cantando a capella Aqueras Montanhas, himno de la Val d'Aran, un valle enclavado en medio de los Pirineos, occitano culturalmente y catalán administrativamente. Una verdadera conexión occitano-catalana.
En un estado francés tremendamente chovinista, grupos como Nadau con quince álbumes a la espalda son verdaderos trovadores del siglo XXI que luchan por no perder una identidad cultural occitana que es patrimonio y bandera de aquella esplendorosa Europa medieval.
El jueves 14 de marzo Mayte Martín presentó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo espectáculo: Tatuajes. Se trata de una colección de joyas de grandes autores universales llevados magistralmente al territorio particular de la artista. Con este concierto y con el disco que lleva el mismo nombre, rinde homenaje a la canción de autor más global, a la que traspasa fronteras y conforma una parte primordial de la memoria sentimental de diferentes generaciones.
Desde los veintiún años la argentina Carmen Aciar es una barcelonesa más, llegó para descubrirse en su arte por las calles de Barcelona, sumando sus propias historias desde que llegó en ese agosto de 2022 para habitar esta ciudad en sus incertidumbres, sus composiciones ya conforman su primer disco Historias mías.
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