Josep Tero nos habló el domingo, en el marco del Festival BarnaSants de fronteras. De la malas —las que separan— y las necesarias —las del respeto entre culturas y lenguas.
Josep Tero es, de una manera premeditada, un hombre de minorías. Tero huye de fastos y masas y de alguna manera siempre se ha sentido cómodo a la sombra de sus grandes maestros y amigos: Lluís Llach, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell.
El domingo presentó en la Sala Luz de Gas su nuevo CD Fronteres con el que viaja —y nos hace viajar— por este Mediterráneo que no siempre “abandona las armas de matar y toma las del amor”, como aconsejó el macedonio Andrónico a su hijo en el siglo X.
Acompañado por Ferran Martínez al piano y al acordeón, Stanislav Stepanek al violín y Pep Coca al contrabajo, Josep Tero desgranó uno a uno todos los temas del CD con unos arreglos elegantes y sobrios. Con una notable seguridad presentó las canciones a pesar de ser la primera vez que las interpretaba en vivo. Quizás esta falta de rodaje fue el motivo por el cual el concierto adoleció de una ligera falta de ritmo que seguramente irá corrigiendo a medida que el espectáculo vaya madurando.
Josep Oliveres, nombre real de Josep Tero, nació en la localidad ampurdanesa de l’Escala en la Costa Brava catalana. Maestro de profesión, tomó su primer contacto con la “Cançó” escribiendo y adaptando temas para Marina Rossell y Maria del Mar Bonet.
Tiene en su haber ocho discos en solitario: Batecs d’ocells (1986); Raval (1990), Primeres cançons (1993); Lladre d’amor (1995); donde combina la poesía de Salvat-Papasseit con canciones de ladrones y bandoleros; Camins de tarda (1998) un recopilatorio de poesía contemporánea catalana musicada; Sal (2001) con canciones del siglo XII hasta la actualidad; Et deixaré la veu (2002) a partir de un espectáculo musical sobre textos de Maria Àngels Anglada y Fronteres (2009).
La casa discográfica Bis Music celebró el Día de la Cultura Cubana con la presentación oficial de Álbum blanco para Silvio Rodríguez, un disco colectivo que reúne once canciones escritas por el cantautor en su juventud, interpretadas por artistas de Cuba, América Latina y España. La producción recupera piezas poco conocidas y propone nuevas lecturas sobre su universo poético y musical.
Casi cuatro décadas después de su estreno en Ámsterdam, la cantata Dialecto de Pájaros del compositor Patricio Wang revive en Chile con una versión revisada por su autor. Una obra mística y vanguardista que regresa para cerrar un ciclo pendiente en la historia musical de Quilapayún y Patricio Wang.

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